La Nación Se Divide

Después que Yosef (José) murió, surgieron nuevos reyes en Egipto que no conocían todas las cosas buenas que Yosef había hecho por Egipto. Estos nuevos reyes temían a los hijos de Israel, y optaron por someter a la nación de Israel a través de una dura esclavitud.

Después de 430 años en Egipto, Yahweh envió a un hombre llamado Moshé (Moisés) para salvar a los hijos de Israel. Él los sacó de Egipto guiándolos a través del Mar Rojo hacía el desierto de Sinaí. Cincuenta días después de salir de Egipto, se les dio la Torá al pie del monte Sinaí. Esto constituyó “su pacto matrimonial”. En ese momento, se les dijo que serían llevados a la Tierra Prometida, la tierra de Canaán.

Moshé envió a doce hombres para espiar la tierra. Sin embargo, sólo Caleb, hijo de Yefoné (de la tribu de Judah) y Josué, hijo de Nun (de la tribu de Efraim), trajeron un buen informe.

Bemidbar (Números) 14: 6-7
6 Yejoshúa (Josué), hijo de Nun, y Caleb, hijo de Yefoné, que estaban entre los que habían espiado la tierra, rasgaron sus vestidos;
7 Y hablaron a toda la congregación de los hijos de Israel, diciendo: ¡La tierra por la que pasamos para espiar es una tierra sumamente buena!

Es un simbolismo el que los dos espías, que trajeron un buen informe, fueran de las tribus de Judah y Efraim. Estas dos tribus representan las dos casas (Judah en el sur y Efraim en el norte).

Tras la muerte de Moisés, Yejoshúa fue designado para dirigir a los hijos de Israel en la conquista de la tierra de Canaán. Luego vino el período de los jueces (registrado en el libro de los Jueces). Durante este periodo de tiempo las tribus carecieron de un liderazgo fuerte y central, y por esto la nación languideció. Cada hombre hacía lo que parecía bueno a sus propios ojos (en contraposición a hacer lo bueno a los ojos de Yahweh).

Shofetim (Jueces) 17: 6
6 En aquellos días no había rey en Israel; Todos hicieron lo que era correcto en sus propios ojos.

Después de la era de los jueces, llegó la era de los reyes. Después de terminar el reinado del rey Shaul (Saul), el rey David unió a los hijos de Israel, venció a los enemigos de Israel y los llevó de regreso al pacto matrimonial (la Torá). Esto estableció el estándar para un Mesías (ungido), por esto el rey David es considerado un tipo de mesías (como un pequeño mesías). Esta es una de las razones por la que nuestros hermanos Judíos rechazaron a Yeshúa, porque no podían ver cómo Yeshúa encajaba en el mismo patrón.

Como explicamos en Apocalipsis y el Fin de los Tiempos, Yeshúa está reuniendo a los perdidos y dispersos de la casa de Israel mediante Su Espíritu para la venidera batalla en Armagedón (que los efraimitas ganarán). Después de esta victoria entrarán nuevamente al pacto y a la tierra de Israel. Sin embargo, esta reunificación para la batalla final está sucediendo muy lentamente, a través de muchas generaciones. Debido a que esto está ocurriendo tan lentamente, nuestros hermanos Judíos no pueden ver a Yeshúa como el Mesías profetizado.

Cuando murió el rey David, su hijo Salomón reinó en su lugar. Sin embargo, Salomón desobedeció la Torá tomando esposas extranjeras. Ahora, sin olvidar que las Escrituras etiquetan a las personas por su fe, el problema no fue que sus esposas fueran extranjeras, más bien, el problema fue que sus esposas adoraban a dioses extranjeros. Y cuando Salomón quería complacer a sus esposas, terminó haciendo ofrendas a sus dioses falsos, lo cual enojó a Yahweh (versículo 9) y, debido a esto, prometió castigar a Salomón.

Melajim Alef (1 Reyes) 11: 1-13
1 Pero el rey Salomón amó a muchas mujeres extranjeras, además de la hija de Faraón: a mujeres Moabitas, Amonitas, Edomitas, Sidonias y Heteas,
2 Naciones de las cuales Yahweh había dicho a los hijos de Israel: No te casarás con ellas, ni ellas contigo; porque ciertamente ellas desviarán tu corazón tras sus dioses. Y Salomón se aferró a ellas en amor.
3 Y tenía setecientas mujeres reinas y trescientas concubinas; Y sus mujeres cambiaron su corazón.
4 Porque fue que, cuando Salomón era anciano, sus mujeres desviaron su corazón en pos de otros dioses; Y su corazón no fue leal a Yahweh, su Elohim, como lo fue el corazón de su padre David.
5 Porque Salomón fue tras Astarot [Ishtar], la diosa de los Sidonios, y tras de Milcom, la abominación de los Amonitas.
6 Salomón hizo lo malo ante los ojos de Yahweh, y no siguió a Yahweh, como lo hizo su padre David.
7 Entonces Salomón edificó un lugar alto para Quemos, la abominación de Moab, en la colina que está al oriente de Jerusalem, y para Moloc la abominación del pueblo de Amón.
8 E hizo lo mismo por todas sus mujeres extranjeras, que quemaban incienso y sacrificaban a sus dioses.
9 Y Yahweh se enojó contra Salomón, porque su corazón se había apartado de Yahweh, Elohim de Israel, que se le había aparecido dos veces,
10 Y le había mandado acerca de esto, para que no siguiese a otros dioses; Pero no guardó lo que Yahweh había mandado.
11 Y Yahweh dijo a Salomón: “Por cuanto hiciste esto, y no guardaste Mi pacto y Mis estatutos, que Yo te he mandado, ciertamente te arrancaré el reino y lo daré a tu siervo.
12 Sin embargo, no lo haré en tus días, por amor de tu padre David; [sino que] lo arrancaré de la mano de tu hijo.
13 No obstante, no arrancaré todo el reino; Daré una tribu a tu hijo por causa de mi siervo David, y [otra] por causa de Jerusalem, que he escogido”.

Yahweh había prometido a David que Salomón reinaría después de él, así que en lugar de quitarle el reinado de la casa de Judah mientras vivía Salomón, Yahweh decidió quitarle el reino de la casa de Judah cuando reinara Roboam, el hijo de Salomón. El reinado sería dado a Jeroboam, el siervo de Salomón de la casa del norte de Efraim/Israel. Yahweh envió a un profeta llamado Ahiyah (Ahías) para decirle a Jeroboam que se le daría el reinado de las diez tribus del norte. Esto dejaría solo dos tribus para que el hijo de Salomón, Roboam, gobernara (Judah y Benjamín, o “los Judíos”).

Melajim Alef (1 Reyes) 11: 29-35
29 Y aconteció que, en aquel tiempo cuando Jeroboam salió de Jerusalem, el profeta Ahiyah, el Silonita, se encontró con él en el camino; Y se había vestido con una vestidura nueva; Y los dos estaban solos en el campo.
30 Entonces Ahiyah tomó la ropa nueva que estaba sobre él, y la rasgó en doce pedazos.
31 Y dijo a Jeroboam: Toma diez piezas para ti, [una por cada una de las diez tribus], porque así ha dicho Yahweh el Elohim de Israel: He aquí, yo arrancaré el reino de la mano de Salomón, y te daré diez tribus a ti;
32 pero él [Salomón] tendrá una tribu por causa de mi siervo David, y [otra] por causa de Jerusalem, la ciudad que he escogido de todas las tribus de Israel,
33 porque me han abandonado, y han adorado a Astarte [Ishtar] la diosa de los Sidonios, y a Quemos el elohim (dios) de los Moabitas y a Milcom el elohim del pueblo de Ammón, y no han andado en Mis caminos, haciendo lo recto ante Mis ojos, ni guardando Mis estatutos, ni Mis ordenanzas, como lo hizo David su padre.
34 No obstante, no quitaré de su mano el reino, porque lo he puesto por rey todos los días de su vida por causa de Mi siervo David, a quien he escogido porque ha guardado Mis mandamientos y Mis estatutos.
35 Pero Yo tomaré el reino de la mano de su hijo y te daré a ti diez tribus.

Yahweh le dijo a Ahiyah que le dijera a Jeroboam que amaba a David porque él guardaba Sus mandamientos y que, si Jeroboam también guardaba Sus mandamientos, entonces la casa de Israel se le daría como “una casa perdurable”.

Melajim Alef (1 Reyes 11:37-39)
37 “Así que te tomaré a ti, y reinarás según todos los deseos de tu corazón, y serás rey sobre Israel.
38 y sucederá que, si oyeres todo lo que Yo te mando, andando en Mis caminos y haciendo lo recto ante Mis ojos, guardando Mis estatutos y Mis mandamientos, como lo hizo David mi siervo, Yo estaré contigo y construiré para ti una casa duradera, como la edifiqué para David; Y te daré Israel a ti.
39 Y afligiré a los descendientes de David [los Judíos] por causa de esto, pero no para siempre.

Yahweh prometió que haría de Efraim/Israel la nueva casa principal, pero solo si guardaban Sus mandamientos. Sin embargo, si no guardaban Sus mandamientos/Torá no serían la casa principal.

En 1 Reyes 12, la casa de Israel se rebeló contra el rey Roboam, y ellos nombraron a Jeroboam como su nuevo rey. El rey Jeroboam sabía que debía guiar al pueblo a guardar la Torá, pero tenía un dilema porque la Torá ordena a todos los hombres que suban a Jerusalem tres veces al año. Sin embargo, Jerusalem estaba en el territorio de Roboam, y si el pueblo subía a Jerusalem año tras año, eventualmente sus lealtades regresarían al rey Roboam, y lo matarían a él (Jeroboam).

Melajim Alef (1 Reyes) 12: 26-27
26 Y Jeroboam dijo en su corazón: “Ahora el reino podría volver a la casa de David [Judah].
27 Si estos hombres subieran a ofrecer sacrificios en la casa de Yahweh en Jerusalem, entonces el corazón de este pueblo volverá a su adón, Roboam rey de Judah; Y me matarán, y volverán a Roboam, rey de Judah.

Así que Jeroboam llegó con un plan que tiene varios paralelos proféticos con la iglesia Cristiana sin-Torá.

Melajim Alef (1 Reyes) 12: 28-33
28 Por lo cual el rey pidió consejo, e hizo dos becerros de oro y dijo al pueblo: “Es demasiado que vayan a Jerusalem [para las fiestas]. ¡Aquí está tu Elohim, Oh Israel, que te hizo subir de la tierra de Egipto!”
29 Y puso uno en Betel, y el otro puso en Dan.
30 Y esto se convirtió en causa de pecado, porque el pueblo iba hasta Dan a adorar.
31 E hizo santuarios en los lugares altos, e hizo sacerdotes de entre el pueblo, que no eran de los hijos de Leví.
32 Y Jeroboam estableció una fiesta a los quince días del mes octavo, como la fiesta de Judah, y ofreció sacrificios en el altar. Así lo hizo en Betel, sacrificando a los becerros que había hecho. Y en Betel instaló a los sacerdotes de los lugares altos que había hecho.
33 Así hizo ofrendas sobre el altar que había hecho en Betel el día quince del mes octavo, en el mes que él había ideado en su propio corazón. Y estableció una fiesta para los hijos de Israel, y ofreció sacrificios sobre el altar, y quemó incienso.

Jeroboam movió las fiestas del séptimo mes hasta el octavo mes, estableció falsas casas de adoración, y estableció objetos visibles de adoración (ídolos) para el pueblo. También nombró sacerdotes a cualquier hombre del pueblo (no sólo de los hijos de Leví). A pesar de que su nuevo sistema religioso se apartó de la Torá, le dijo a la gente que este sistema era legítimo.

El reino del Norte de Efraim se convirtió en la nueva casa principal, pero sólo por un tiempo. El patrón establecido en el Jardín del Edén es que, cuando obedecemos las Instrucciones de Yahweh, Él nos bendice y nos permite vivir en Su tierra. Y, debido a que ellos no obedecieron el pacto, ya no se les permitió morar en la tierra del pacto, porque la estaban contaminando con su desobediencia/pecados.

Punto a punto, este es el patrón que la iglesia Cristiana seguiría más tarde, ya que ellos decían ser el “Nuevo Israel Espiritual”. La iglesia atrasó aún más las fiestas del séptimo mes (hasta el invierno). Movieron el centro de adoración de Jerusalem a Roma, y establecieron un falso templo. Ellos establecieron ídolos (estatuillas e imágenes esculpidas) dentro de ese templo, y nombraron a sacerdotes de cualquier linaje (no sólo los hijos de Leví). En resumen, fabricaron falsos días de fiesta, fundaron falsos sitios para las fiestas, establecieron un falso sacerdocio y establecieron objetos visibles de adoración (ídolos).

En los próximos capítulos veremos que Yahweh envió a muchos profetas para decirle a los Efraimitas que necesitaban arrepentirse, o serían esparcidos por los cuatro rincones de la tierra. Y como ellos no se arrepintieron, Yahweh los dispersó tal como lo había prometido. Pero, desde los lejanos confines de la tierra, el Espíritu de Yahweh comenzará a llamar a un remanente de Su pueblo de vuelta a casa, tal como lo profetizó en la Torá (Deuteronomio 30:1-10).

Antes de ver cómo se reunirá el remanente de Efraim, veamos con más detalles la forma en que ellos fueron esparcidos por toda la tierra, porque esto nos mostrará muchos misterios venideros.

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