En el último capítulo vimos que, cómo la orden Levítica no tenía fondos económicos para subsistir cuando los Judíos entraron en Babilonia, causó que la orden Levítica colapsara. Luego vimos cómo surgió el orden rabínico para tomar su lugar. Esto proporcionó una continuidad del liderazgo, pero dio lugar a un problema distinto, esto en el sentido de que los rabinos tuvieron que crear un nuevo sustituto de la Torá para justificar su permanencia en el poder. Sin embargo, a pesar de que los rabinos crearon un sustituto de la Torá, cosa que no les estaba permitido, Yahweh les dio una oportunidad a fin de cumplir Sus propósitos por un tiempo. Sin embargo, eventualmente Yahweh quitó Su favor de la orden rabínica, y envió a Su hijo a levantar una renovada orden de Melquisedec para reemplazarlos.
Hay varias complejidades y sutilezas involucradas en la transposición de poder en los sacerdocios que tuvieron lugar en el primer siglo, así que, para entender lo que realmente sucedió (de la forma en que deberíamos hacerlo hoy), haremos una breve reseña de la historia de los sacerdocios en Israel. Esto sentará las bases para una comprensión mucho más profunda, y rica, en futuros capítulos.
Como explicamos en El Gobierno de la Torá, hay tres (algunos dicen cuatro) roles principales (u oficios) en Israel. Estos tres (o cuatro) oficios principales son:
- El rey (gobierno)
- El sacerdote (gobierno espiritual)
- El profeta (vocero de Yahweh)
- El juez ungido (una combinación de los tres)
Algunas personas creen que debemos restaurar las formas originales de hacer las cosas, tal cual se hicieron en el Jardín del Edén. Sin embargo, esto no es lo que las Escrituras nos enseñan. Aunque originalmente los patriarcas ocuparon tres o cuatro oficios, este no debe ser nuestro objetivo final, porque Israel ya no es una familia patriarcal, sino una nación con muchas familias interdependientes las unas de las otras. Esta es la razón por la cual la necesidad de organización y el reparto del trabajo aumenta, porque hay muchas más personas.
En el tiempo de Adam (Adán) no hubo división del trabajo. Los hijos de Adam trajeron ofrendas a Yahweh por sí mismos. Hevel (Abel) trajo a Yahweh lo primero y más fino de lo que Yahweh le dio, lo que agradó a Yahweh. Sin embargo, Qayin (Caín) le trajo “una” ofrenda (es decir, nada especial), lo cual no agradó a Yahweh.
Bereshit (Génesis) 4: 3-5
3 Y en el transcurso del tiempo, sucedió que Qayin trajo una ofrenda del fruto de la tierra a Yahweh.
4 Hevel también trajo del primogénito de su rebaño y de lo mejor. Y Yahweh consideró a Hevel y su ofrenda,
5 pero Él no consideró a Qayin y su ofrenda. Y Qayin estaba muy enojado, y su semblante cayó.
Este pasaje se puede interpretar de diferentes maneras, pero en el versículo 4, la palabra “mejor” es la palabra hebrea kjéleb (ֵחלב). En contexto, esta palabra se refiere a la parte más abundante o más preciosa. Esto nos muestra que a Yahweh le gusta cuando lo honramos al darle las primeras y las mejores partes (como lo hizo Hevel).
H2459 kjéleb; de una raíz que no se usa significa ser gordo; gordura, sea literalmente o figurativamente; de aquí, la parte más rica o selecta: abundancia, engordar, escogido, gordo, gordura, grosura, mejor, meollo, sebo
Hay muchos juegos de palabras Hebreas en las Escrituras. Hevel quería mostrar Su amor Yahweh dándole lo primero y mejor que todo lo que tenía. Esta fue una manifestación del espíritu de Hevel. En Hebreo, la palabra para espíritu es ruaj (רוח). Esto está relacionado con la palabra Hebrea para un aroma, que es riach (ריח). Cuando tenemos un espíritu (רוח) dispuesto para servir a Yahweh con lo mejor y más fino de nuestras primicias, es como un aroma agradable (ריח) a Yahweh. Este es el tipo de espíritu que le agrada a nuestro Esposo y Rey, y fue este mismo tipo de espíritu el que mostró Noé, que también agradó a Yahweh.
Bereshit (Génesis) 8:21
21 Y Yahweh olió un aroma agradable (ריח). Entonces Yahweh dijo en Su corazón: “Nunca más volveré a maldecir la tierra por causa del hombre, aunque el deseo del corazón del hombre es malo desde su juventud, ni volveré a destruir a todos los seres vivos como lo hice”.
Durante el tiempo de Noé, los patriarcas ofrecían sacrificios a Yahweh por sí mismos. Sin embargo, en los días de Abraham había un sacerdocio apartado. Este fue el comienzo de la división del gobierno interno en tres roles separados (el rey, el sacerdote y el profeta).
Bereshit (Génesis) 14: 18-20
18 Entonces Melquisedec, rey de Salem, sacó pan y vino; él era sacerdote del Elohim altísimo.
19 Y lo bendijo y le dijo: “Bendito sea Abram del Elohim Altísimo, Poseedor del cielo y de la tierra;
20 Y bendito sea Elohim el Altísimo, que entregó a tus enemigos en tus manos”. Y le dio el diezmo de todo.
A veces se dice que la división del trabajo, es uno de los principios sobre los que se construyen todas las sociedades avanzadas. Yahweh favorece la división del trabajo, porque conduce a la especialización, y con la especialización, las sociedades son más productivas.
Yahweh favoreció a Melquisedec y su sacerdocio, o Abram no le habría dado el diezmo. El nieto de Abram Ya’akov (Jacob) también dio diezmos, y probablemente diezmó a través de la misma orden de Melquisedec que su abuelo.
Bereshit (Génesis) 28: 20-22
20 Entonces Ya’akov hizo un voto, diciendo: “Si Elohim estuviere conmigo, y me guardare en este camino en que voy, y me da pan para comer y ropa para vestir,
21 para que yo regrese en paz a la casa de mi padre, Yahweh será mi Elohim.
22 Y esta piedra que puse como una columna será la casa de Elohim, y de todo lo que me des, te daré la décima parte”.
Anteriormente vimos que, en el tiempo cuando los patriarcas estaban vivos, no fue necesario establecer oficios gubernamentales separados. Sin embargo, cuando los patriarcas murieron y las tribus crecieron, ya no tenían un patriarca en común para unificarlos. En este punto se hizo necesario desarrollar oficios separados para evitar que las tribus se separaran. Probablemente esta también es la razón por la cual Yahweh envió a las tribus a Egipto antes de que Yaakov (Israel) muriera. Faraón era un tirano, por esto fue capaz de mantener a las tribus unidas bajo su fuerte gobierno central. Además, el tiempo que las tribus pasaron bajo la esclavitud de Faraón, ayudó a Israel a desarrollar un fuerte y perdurable sentido de identidad como pueblo.
Debido a la naturaleza carnal del hombre, que quiere gobernar en lugar de ser gobernado, a los hombres no les gusta someterse a nadie, ya sea al gobierno o al sacerdocio. Los hombres siempre buscan formas para evitar someterse al gobierno y/o evitar apoyar a su sacerdocio. Sin embargo, a menos que una nación tenga un liderazgo unificado y un sacerdocio centralizado, la nación caerá. Por esto Yeshúa nos dice que cada reino (o nación) que está dividido contra sí mismo no puede perdurar.
Mattityahu (Mateo) 12:25
25 Pero Yeshúa conocía sus pensamientos y les decía: “Todo reino dividido contra sí mismo es asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma no resistirá”.
Antes de que las tribus de Israel pudieran salir del fuerte y tirano liderazgo central de Faraón, necesitaban desarrollar un liderazgo de servicio centralizado. Por esta razón, Yahweh envió a Moshé (Moisés), el cuál pasaría el resto de su vida sirviendo a Yahweh y a Su pueblo.
Ahora que Israel tenía su propio gobierno, Yahweh podría darle a Israel su propio sacerdocio. Debido a que Yahweh había dado muerte a todos los primogénitos de Egipto, Yahweh reclamó a todos los primogénitos de Israel para sí mismo.
Shemot (Éxodo) 13: 2
2 “Aparta para Mí todo primogénito, todo el que abre el vientre entre los hijos de Israel, tanto de hombres como de bestias; es Mío”.
El trabajo de los sacerdotes es mantener los estándares de Yahweh, y el sacerdocio de los primogénitos no duró mucho tiempo, ya que ni Aharon ni los primogénitos de Israel refrenaron a la gente en el incidente del becerro de oro.
Shemot (Éxodo) 32: 25-26
25 Cuando Moshé vio que el pueblo estaba desenfrenado (porque Aharón no los había retenido, para vergüenza entre sus enemigos),
26 Entonces Moshé se paró en la entrada del campamento, y dijo: “¡Quien esté del lado de Yahweh, venga a mí!” Y todos los hijos de Leví se juntaron con él.
Los Levitas se mostraron dispuestos a oponerse a la gente y respetar los estándares de Yahweh. Por lo tanto, aunque todo el campamento de Israel era apartado (santo) para Yahweh, el sacerdocio Levítico se apartó un poco más que el resto. Dentro de ese orden, los sacerdotes se santificarían todavía más, y luego, el sumo sacerdote está aún más santificado que el resto. Por lo tanto, aunque todo Israel está apartado del mundo, todavía tiene que haber un orden dentro de Israel, o nada funcionaría adecuadamente. Sin embargo, Coré y otros hombres se levantaron contra el orden establecido por Yahweh.
Bemidbar (Números) 16: 1-3
1 Entonces Coré, hijo de Izhar, hijo de Coat, hijo de Leví, con Datán y Abiram hijo de Eliab, y On hijo de Pelete, hijos de Rubén, tomaron hombres
2 y se levantaron contra Moshé con algunos de los hijos de Israel, doscientos cincuenta jefes de la congregación, representantes de la congregación, hombres de renombre.
3 Se juntaron contra Moshé y Aharon, y les dijeron: “Ya basta de ustedes, porque toda la congregación es apartada, cada uno de ellos, y Yahweh está entre ellos. ¿Por qué entonces se exaltan a sí mismos por encima de toda asamblea de Yahweh?”
Coré razonó que toda la asamblea era santa y que no debía haber entre ellos distinción. Él buscó borrar toda distinción. Yahweh se disgustó mucho, y Coré y sus hombres lo pagaron con sus vidas (y las vidas de sus familias).
Bemidbar (Números) 16: 31-33
31 Y sucedió que, cuando terminó de hablar todas estas palabras, se abrió la tierra debajo de ellos,
32 y la tierra abrió su boca y los tragó, con sus casas y todos los hombres de Coré, con todos sus bienes.
33 Y ellos y todos los que estaban con ellos descendieron vivos al abismo; la tierra se cerró sobre ellos, y perecieron de entre la asamblea.
Una vez que Yahweh estableció a Moshé en el reinado, y a los Levitas en un sacerdocio interno, Yahweh comenzó a refinar y desarrollar la realeza de Israel. El suegro de Moshé, Yithro (Jetro) le dijo a Moshé que además de su división en doce ejércitos tribales, la gente debería organizarse en subdivisiones de decenas, cincuenta, cientos y miles. Es decir, además de las grandes divisiones por tribus (análogas a lo que más tarde se convertiría en las naciones Judeo-Cristianas), las personas también debían organizarse dentro de sus tribus y más tarde, sus naciones.
Shemot (Éxodo) 18:21
21 “Además, seleccionarás de entre todos los hombres capaces, de los que teman a Elohim, hombres de verdad, que odien la codicia; y colócalos sobre ellos, como gobernantes de miles, gobernantes de cientos, gobernantes de cincuenta y gobernantes de decenas”.
Como mencionamos anteriormente, las tribus perdidas de Israel se convirtieron más tarde en los reinados Cristianos de Europa, y estos reinados Cristianos mantenían el orden y el gobierno dentro de sus propias fronteras. También establecieron funciones judiciales dentro de todas sus puertas, como manda Yahweh.
Devarim (Deuteronomio) 16:18
18 Y pondrás jueces y oficiales en todas tus ciudades que Yahweh tu Elohim te da, según tus tribus, y juzgarán al pueblo con juicio limpio.
Yahweh dijo que un día Israel tendría un rey. La única advertencia que dio Yahweh sobre esto fue que Israel “no debería elegir un rey por ellos mismos, como lo hacen todas las otras naciones que estaban a su alrededor”. En lugar de eso, debían colocar sobre sí mismos el rey (líder) que elija Yahweh.
Devarim (Deuteronomio) 17: 14-15
14 “Cuando vengas a la tierra que Yahweh tu Elohim te da, y la poseas y habites en ella, y digas: “Pondré rey sobre mí, como todas las naciones que están a mi alrededor.
15 ciertamente establecerás rey sobre ti a quien Yahweh tu Elohim escoja; uno de tus hermanos, lo establecerás como rey sobre ti; no establecerás a un extranjero sobre ti, que no sea tu hermano“.
Israel podría haber pedido un rey santo, para ser santificados por él; pero hicieron exactamente lo que Yahweh dijo que no hicieran: pidieron “un rey para ser como todas las otras naciones”. Es decir, ellos eligieron ser profanos. Este es un presagio profético de la democracia, donde las personas eligen a sus propios líderes según sus propios deseos, en lugar de pedir a Yahweh que les dé el líder que Él quiere. Observa cómo, en el versículo 5, Israel pide un rey para poder ser como todas las demás naciones.
Shamuel Alef (1 Samuel) 8: 4-5
4 Entonces todos los ancianos de Israel se juntaron, y vinieron a Samuel en Ramá,
5 y le dijeron: “Mira, eres viejo, y tus hijos no andan en tus caminos. Ahora, danos un rey para que nos juzgue, como todas las naciones”.
El versículo 20 confirma que el pecado de Israel no consistió en buscar un rey apartado (como David), sino en buscar un rey no apartado, para que pudieran ser como todas las demás naciones.
Shamuel Alef (1 Samuel) 8: 19-20
19 Sin embargo, el pueblo rehusó obedecer la voz de Samuel; y dijeron: “No, sino tendremos un rey sobre nosotros,
20 para que seamos también como todas las naciones, y para que nuestro rey nos juzgue y salga delante de nosotros y pelee nuestras batallas“.
Si los Israelitas le hubiesen pedido a Samuel un “rey apartado”, seguramente Yahweh hubiera estado de acuerdo.
Yahweh eventualmente le dio a Israel un rey justo, para que Yeshúa pudiera venir del linaje de ese rey (David). Él se convertiría en nuestro Sumo Sacerdote en los cielos para siempre, según el orden de Melquisedec.
Ivrim (Hebreos) 6: 19-20
19 Esta es la esperanza que tenemos como ancla del alma, tanto segura como firme, y que entra en la Presencia detrás del velo,
20 donde el precursor ha entrado por nosotros, el cual es Yeshúa, habiéndose convertido en Sumo Sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.
El término Melquisedec se traduce aproximadamente como “Rey de Justicia”. Esto describe perfectamente a Yeshúa, quien cumple, no solo el papel de sumo sacerdote, sino también el papel de la realeza (es decir, el comandante de los ejércitos de Yahweh). Este es un concepto clave y central que debemos entender si queremos darnos cuenta de quién es Yeshúa, y cómo quiere que su novia lo ayude durante Su ausencia.
En el último capítulo vimos que Yeshúa vino a liberar a aquellos que estaban espiritualmente oprimidos por los rabinos, y también a aquellos que estaban en cautiverio espiritual en medio de las naciones, Efraim principalmente, pero en realidad, a las doce tribus, que son la simiente perdida y dispersa de Abraham. Lo que Yeshúa comenzó fue; una campaña espiritual de varias generaciones que atravesaría muchas fases, y dado que Yeshúa no estaría físicamente presente para liderar la guerra espiritual, tuvo que entrenar un sacerdocio para dirigir a Su ejército en Su ausencia.
Mucha gente no se da cuenta de que Yeshúa no quería un gentío desorganizado e ignorante, sino una fuerza de lucha espiritual bien organizada. Su ejército tendría que llevar las Buenas Nuevas a todos los rincones del mundo, llamando a los hijos perdidos y dispersos de Abraham e Israel a volver al pacto por medio de la fe en el Mesías Yeshúa, uniéndolos como una sola nación cohesionada, aunque no tendrían un país al cual llamar propio. Esto solo podría hacerse mediante alguna forma de organización central y de liderazgo. Al igual que en épocas anteriores, la organización y el liderazgo centralizados serían clave para el éxito de Israel (no es coincidencia que se llame “el orden de Melquisedec”, y no “el desorden de Melquisedec”).
Del mismo modo en que los Levitas estaban organizados según un modelo de grados militares, el sacerdocio de Melquisedec también necesitaría ser organizado de esta manera. Yeshúa los guiaría, como su Rey y Sumo Sacerdote, a través de Su sacerdocio, que es quizás la razón por la que vino a Yojanán HaMatbil (Juan el Bautista) para sumergirle.
Mattityahu (Mateo) 3: 13-17
13 Entonces Yeshúa vino de Galilea a Yochanan en el Jordán para ser sumergido por él.
14 Y Yojanán trató de evitarlo, diciendo: “yo necesito ser sumergido por Ti, ¿y vienes a mí?”
15 Pero Yeshúa respondió y le dijo: “Permite que así sea ahora, porque de esta manera nos conviene cumplir toda justicia”. Entonces él se lo permitió.
16 Cuando se hubo sumergido, Yeshúa salió inmediatamente del agua; y he aquí, se abrieron los cielos, y vio al Espíritu de Elohim que descendía como una paloma y se posaba sobre Él.
17 Y repentinamente vino una voz del cielo, que decía: Este es Mi Hijo amado, en quien tengo complacencia”.
Antes de que un sumo sacerdote fuera ungido como tal, debía ser purificado en las aguas primero, así como Aharon y sus hijos tuvieron que lavarse con agua. Este lavado con agua era básicamente la misma idea que la inmersión (bautismo).
Shemot (Éxodo) 29: 4
4 “Y a Aarón y a sus hijos llevarás a la puerta del tabernáculo de reunión, y los lavarás con agua”.
Luego vino la unción. Con Aharon y sus hijos, la unción fue con sangre y aceite.
Shemot (Éxodo) 29:21
21 “Y tomarás de la sangre que está sobre el altar, y del aceite de la unción, y rociarás sobre Aharón y sobre sus vestiduras; sobre sus hijos, y sobre las vestiduras de sus hijos con él; y él y sus vestiduras serán apartadas, y sus hijos y las vestiduras de sus hijos con él”.
Yeshúa no podía ir a los rabinos para ser ungido, porque no seguían realmente a Elohim, ellos seguían su propia autoridad. Es por esto que fue a Yojanán HaMatbil para ser ungido, ya que era el hijo de Zacarías, un sumo sacerdote Levítico.
Luqa (Lucas) 1:13
13 Pero el mensajero le dijo: No temas, Zacarías, porque tu oración ha sido oída, y tu mujer Elisheva te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Yojanán”.
Luego de que Yeshúa fue sumergido en el agua, entonces Él fue sumergido por el Espíritu Apartado (Santo) (Mateo 3:16, arriba).
Lo que mucha gente no entiende es que, así como un rey es el líder de un ejército temporal (físico), el sumo sacerdote es el líder de un ejército espiritual. Estos dos deben trabajar juntos para someter la tierra a Yahweh. En este sentido, veamos los cuatro oficios principales, que enumeramos al comienzo de este capítulo, en términos militares:
- El rey (lidera el ejército temporal)
- El sacerdote (lidera el ejército espiritual)
- El profeta (se comunica con Yahweh)
- El juez ungido (una combinación de los tres)
Como explicaremos más adelante, los apóstoles son básicamente “jueces”, excepto que, si bien típicamente solo hay un juez ungido a la vez, puede haber un número variado de apóstoles. El único requisito es que trabajen todos juntos, como parte de un ejército espiritual cohesionado, según el orden de Melquisedec. Sin embargo, mucha gente ignora que tiene que haber orden entre ellos. Deben someterse los unos a los otros en el Espíritu, y luego juntos deben someterse a la palabra de Yahweh. Si no se someten tanto al Espíritu de Yahweh como a Su Palabra, entonces el resultado es caos y confusión. Que, como veremos más adelante, es una definición operacional decente del movimiento mesiánico de Israel.
Una vez que Yeshúa fue ungido como el “Sumo Sacerdote de la orden renovada de Melquisedec”, inmediatamente buscó a doce hombres dedicados que ansiosamente dedicarían el resto de sus vidas por el privilegio de unirse al ejército espiritual de Yeshúa, y luego organizar a la gente, para comenzar a llevar la batalla espiritual contra el enemigo.