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Mujeres, Esposas y Hermanas

¿Cuál es el papel de la mujer como esposa y como hermana en la asamblea y en la comunidad? Este es un tema que podría llenar volúmenes, pero nos mantendremos enfocados en lo básico.

Yahweh creó a la mujer, Havvah (Eva), como ayudante idónea a su hombre.

Bereshit (Génesis) 2:18
18 Y Yahweh Elohim dijo: No es bueno que el hombre esté solo; Le haré una ayudante idónea [o correspondiente] a él”.

La palabra idónea es la palabra Hebrea négued (נֶגְד). Esta palabra se refiere a una contraparte o compañero que está “en contra o delante” de su esposo.

H5048 négued de H5046; frente, i.e. parte opuesta; espec. contraparte, o cónyuge; usualmente (adv., espec. con prep.) en contra de o antes: adelante, delante, de, desde, en dirección a, enfrente, lejos (de), presencia, vista.

Aunque la mujer fue creada como una ayudante, ella no fue creada como un robot, o como un drone que no tiene mente propia. Más bien, ella es una persona con su propia identidad, que debe usar sus talentos y habilidades para ayudar a su hombre (esposo) a tener éxito. El objetivo es que juntos hagan todo lo posible por Yahweh y Su pueblo Israel. Debido a que la mujer es creada de manera diferente, puede ver las cosas desde un punto de vista diferente. Para usar la analogía del ejército espiritual, si el hombre es el oficial, y la mujer es el sargento, entonces los niños son los soldados rasos. Mientras que un oficial es responsable de todas las decisiones, un buen oficial consulta con su sargento regularmente y escucha atentamente sus consejos. Él sabe que su sargento tiene una perspectiva distinta, y, sin embargo, valora sus ideas y su apoyo.

Debido a que las mujeres no son robots, sino seres conscientes que tienen sus propios puntos de vista y opiniones, en algún momento habrá desacuerdo entre un hombre y su esposa. La solución para esto es darse cuenta de que Yahweh hizo al hombre como el jefe de la casa, y que la esposa debe someterse a este hombre como el líder. Así mismo, el hombre debe someterse a Yeshúa como su líder a su vez. Esta relación extiende el reino de Yeshúa al hogar.

Qorintim Alef (1 Corintios) 11: 3
3 Pero quiero que sepan que la cabeza de todo Varón es el Mesías, la cabeza de la mujer es el varón y la cabeza del Mesías es Elohim.

En un matrimonio ideal, un marido debería hablar con su mujer acerca de todo, y debería escuchar cuidadosamente su consejo. Él no necesariamente necesita tomar su consejo, pero debería escucharla atentamente, ya que oír cuáles son sus preocupaciones es la mejor manera de ocuparse de ella. Entonces, él lleva todos los asuntos principales a Yahweh en oración (como el sacerdote de la casa), y deja a Yahweh tomar la decisión final. Como dijimos, si él no oye la voz de Yahweh, puede preguntar a uno de los profetas o apóstoles en la asamblea, lo que significa que él debe tener una relación confraternal correcta.

Debido a que ella es una ayudante “opuesta” a su marido, y debido a que no es creada como un robot, una esposa no siempre estará de acuerdo con su marido en todo. Pero, aun así, cuando no estén de acuerdo en algo, ella debe someterse a su marido, respetarlo y esmerarse en hacer que las decisiones de su esposo resulten de la mejor manera.

Por su parte, el hombre debe amar a su mujer, y darse a sí mismo por ella, como el Mesías ama a Su novia, y se dio a Sí Mismo por ella. Esto debe ser siempre así, aun cuando él no sienta que su mujer lo respeta. En el matrimonio, cada parte debe hacer su mejor esfuerzo, ya sea que la otra persona esté haciendo su mejor esfuerzo, o no.

Efesim (Efesios) 5: 22-28
22 Esposas, sométanse a sus propios esposos, como a Yahweh.
23 Porque, así como el marido es cabeza de la mujer, también el Mesías es cabeza de la asamblea; y Él es el Salvador del cuerpo.
24 Por lo tanto, así como la asamblea está sujeta al Mesías, así mismo que las esposas lo estén con sus propios esposos, en todo.
25 Esposos, amen a sus esposas, así como el Mesías amó a la asamblea y se entregó a sí mismo por ella,
26 para santificarla y limpiarla, con el lavado del agua por la palabra,
27 para presentársela a sí mismo como una gloriosa asamblea, sin mancha o arruga o algo parecido, más bien que sea apartada (santa) y sin mancha.
28 Así que los esposos deben amar a sus propias esposas como a sus propios cuerpos; el que ama a su mujer se ama a sí mismo.

Puede ser difícil que una mujer respete a su marido si él no la respeta. Es también difícil que ella lo respete si él no la escucha. Pero, si bien puede sentirse muy humillante, una mujer puede obtener la atención de su marido si lo trata con respeto (sin tener en cuenta como él la trate). Hasta los maridos poco creyentes (o no devotos) pueden ser conquistados así.

Kefa Alef (1 Pedro) 3:1-7
1 Igualmente ustedes, esposas, sométanse a sus propios esposos, a fin de que si algunos que no obedecen a la palabra, puedan ser ganados sin palabras por la conducta de sus esposas,
2 cuando ellos observen su conducta casta y respetuosa.
3 Que sus adornos no sea simplemente el externo: arreglando el cabello, usando joyas ostentosas o vistiendo ropas finas,
4 más bien el interno, del corazón, con la belleza incorruptible de un espíritu amable y tranquilo, que es muy precioso a la vista de Elohim.
5 Porque de esta manera, en tiempos antiguos, hacían las mujeres apartadas, que confiaban en Elohim, y se adornaban, siendo sumisas a sus propios maridos,
6 como Sarah obedeció a Abraham, llamándolo adoni (mi maestro), hijas suyas son si hacen el bien, sin temer ninguna amenaza.
7 Del mismo modo, esposos convivan con ellas sabiamente, dando valor a sus esposas, como a una frágil vasija, y como coherederas de la gracia de [el espíritu de] la vida, para que sus oraciones no se vean obstaculizadas.

En los versos 5 y 6, Kefa (Pedro) dice que es bueno que las hermanas imiten a Sarah, quien se sometió a su marido, y le llamó Adoni (mi amo). Aunque ella no le llamara “mi amo” todos los días, es claro ver que ella pensaba en él como su amo. Mientras que esta práctica ha dejado de usarse desde que la democracia suplantó a las realezas Cristianas de Europa, aun así, es Bíblico, y puede remediar algunos problemas maritales.

La democracia sostiene que los hombres y las mujeres son iguales ante la ley. Esto puede causar dificultades matrimoniales, ya que alienta a la mujer a verse a sí misma como una “igual”, en lugar de ser la ayudante de su hombre. Sin embargo, las Escrituras enseñan el patriarcado, en el cual los hombres dirigen, y las mujeres ayudan. Cuando una esposa llama a su esposo Adon (Maestro), muestra que ella es una verdadera hija de Sarah y está tratando de respetar a su esposo. Si bien esto a menudo no se respeta culturalmente, es bueno y agradable a los ojos de Yahweh.

El verso 7 nos recuerda que no es el trabajo de los maridos poner a su mujer en sumisión. Más bien, es el trabajo de la esposa humillarse y someterse. Es también el trabajo del hombre tratarla cariñosamente, ya sea que ella comprenda su necesidad de someterse o no. Él necesita tratarla de este modo a fin de que sus oraciones no tengan estorbos.

LA MUJER VIRTUOSA

Algunas tradiciones Cristianas opinan que la mujer no debería trabajar fuera de la casa. Sin embargo, la Escritura no encarcela a las mujeres al hogar. Por ejemplo, Proverbios 31 habla de las alabanzas de una mujer virtuosa (de valor) que hace negocios en la comunidad. Con sabiduría, diligencia, y arduo trabajo ella presta servicio, no sólo a su marido y familia, sino también ayuda a los necesitados de su comunidad.

Mishle (Proverbios) 31:10-24
10 Una mujer virtuosa, ¿quién la encontrará? Pues su valor sobrepasa mucho a las perlas preciosas.
11 El corazón de su marido confía en ella; por lo que no tendrá falta de ganancias.
12 Ella le dará bien y no mal, todos los días de su vida.
13 Busca lana y lino, y voluntariamente trabaja con sus manos.
14 Es como los buques mercantes; trae su comida de lejos.
15 Se levanta aun de noche, y da comida a su familia, y una porción a sus criadas.
16 Considera un campo y lo compra; y del fruto de sus manos ella planta un viñedo.
17 Viste sus lomos con fuerza, y fortalece sus brazos.
18 Percibe que su ganancia es buena, y su lámpara no se apaga de noche.
19 Sus manos toman la rueca, y aplica su mano al huso.
20 Extiende su mano para los pobres: Sí, ella tiende sus manos a los necesitados.
21 Por su familia, ella no teme a la nieve, porque toda su casa está vestida de escarlata.
22 Ella se hace tapices; su ropa es de lino y púrpura.
23 Su marido es conocido en las puertas, cuando se sienta entre los ancianos de la tierra.
24 Hace prendas de vestir de lino y los vende, y da cintos a los comerciantes.

La palabra Valor es la palabra Hebrea Kjáil (חַיִל). Esta palabra tiene diferentes traducciones, pero se refiere a una persona de poder y valor, como un soldado, o un guerrero.

H2428 kjáil de H2342; probablemente fuerza, sea de hombres, medios u otros recursos; ejército, riqueza, virtud, valor, fortaleza:

La idea de Proverbios 31 es que la esposa es una mujer fuerte, que usa su valor de la mejor manera para mantener a su marido, a su familia, y a su comunidad. Ella también ayuda a engrandecer la reputación de su marido dentro de la comunidad, a fin de que él sea honrado para sentarse en las puertas (verso 23). Estas cosas aún eran un ideal para las esposas en el tiempo del Pacto Renovado.

LAS HERMANAS EN LA ASAMBLEA

Aun cuando dice que una mujer debe someterse a su marido, eso no quiere decir que ella deba someterse a los otros hombres de la asamblea. Además, no está obligada a estar completamente callada en la asamblea. Más bien, la doctrina de que las mujeres necesitan guardar silencio en la asamblea se basa en una mala interpretación de 1 de Corintios 14:34-36.

Qorintim Alef (1 Corintios) 14:34-36.
34 Que sus mujeres guarden silencio en las asambleas, pues no tienen permiso para hablar; sino que se sometan, como la Torá también dice.
35 Y si desean aprender algo, que les pregunten a sus propios maridos en casa, pues es impropio para las mujeres hablar en la congregación.
36 ¿O acaso ha salido la palabra de Elohim de ustedes? ¿O acaso solo llegó a ustedes?

La primera vez que leemos este pasaje, podría parecer que Shaul está diciendo que las mujeres deben guardar silencio en las asambleas, y que él está refiriéndose a la Torá como su autoridad. Sin embargo, esto no es correcto, ya que la Torá no dice esto. Adicionalmente, según esta mala interpretación, el verso 36 parece salir de la nada. Así es que, ¿Qué dice realmente este pasaje?

[Nota: Creemos que el Pacto Renovado fue primero escrito en Arameo o Hebreo, pero aun así los manuscritos existentes en Arameo y Hebreo sean los originales o no, han sido altamente modificados (Helenizados). Por esto, es que normalmente usamos los textos Griegos para hacer los análisis del nuevo pacto, dado que dan la apariencia de ser más antiguos].

En el (Griego) Textus Receptus, el verso 36 comienza con la preposición “o” [ni]. La Concordancia Strong nos dice que esta palabra describe lo que es llamado una disyunción, o un comparativo.

G2228: e (o), partícula primaria de distinción entre dos términos conectados; disyuntiva, o; comparativa, que: o, ni.

Esta palabra indica que hay un contraste perspicaz entre dos cosas que se asocian. Cuando la usamos al principio de una frase “¡e!”, puede querer decir “o”, pero usualmente quiere decir algo más, como el Hebreo ¡Oy! (“¡Lo contrario!”). Si tradujéramos la palabra “¡Oy!” en el idioma español en el contexto de Shaul, probablemente se traduciría en algo así como, “¡Oh, qué tontería!”

En el primer siglo no había comillas en el Hebreo, tampoco en el Griego o Arameo de la época. Así que, lo que tiene sentido aquí es que Shaul estaba citando a otro escritor en los versos 34 y 35, mientras que en el verso 36 él está ridiculizando lo que el otro escritor dijo.

1 Corintios 14:34-36
34 [Citando:] Que sus mujeres guarden silencio en las asambleas, pues no tienen permiso para hablar; sino que se sometan, como la Torá también dice.
35 [Citando:] Y si desean aprender algo, que les pregunten a sus propios maridos en casa, pues es impropio para las mujeres hablar en la congregación.”. [Fin de la Cita]
36 [Shaul responde] ¡Oy! [¡Qué disparate!] ¿Acaso ha salido la palabra de Elohim de [originalmente] ustedes? ¿O solo llegó a ustedes? [refiriéndose a: ¿acaso ustedes son los únicos que conocen este falso mandamiento de la Torá?

Y como un testigo adicional, la Peshitta Aramea usa una exclamación similar, ¡“Oh!” (או) que parece calzar con la idea que Shaul está ridiculizando a este otro escritor.

1 Corintios 14:36
36 Oh! [או] ¿Salió de delante de ustedes la Palabra de Halajá (Interpretación)? Oh! [או] ¿ha llegado solo para ustedes?
 או דלמא מנכון הו נפקת מלתה דאלאהא. או לותכון הו בלהוד מטת

Si bien, el liderazgo de la asamblea es masculino, no es bueno que las mujeres estén completamente en silencio en la asamblea, porque la idea de reunirse es proveer un lugar para todos aquellos que tienen el Espíritu de Yeshúa en sus corazones se congreguen, adoren y glorifiquen a Elohim cada semana. Esto puede hacerse de muchas maneras, pero debería haber un tiempo para que aquellos que hablan en lenguas hablen, siempre que haya un verdadero intérprete. Y si bien, no hay mujeres apóstoles, puede haber profetisas verdaderas y, por ende, debe haber un tiempo para que ellas hablen y que los demás juzguen. Una parte de estos oradores pueden ser mujeres.

Qorintim Alef (1 Corintios) 14:27-29
27 Si alguien habla en lengua, sea esto por dos o a lo más tres, y por turnos y dejen a uno interpretar.
28 Pero si no hay intérprete, que calle en la asamblea, y que hable a sí mismo y a Elohim.
29 Así mismo, los profetas hablen dos o tres, y dejen que los demás juzguen.

Queremos que nuestras reuniones sean espiritualmente nutritivas y un tiempo de tal gozo que conduzca a las personas a convertirse. Para que esto ocurra, los hombres y mujeres deben colaborar, y deben hablar. Cuando esto se hace en el Espíritu de Yeshúa, no hay nada desordenado al respecto (como las mujeres que hablaron cuando Yeshúa estaba presente). Lo más importante es escuchar la voz de Elohim, y hablar sólo lo que Elohim quiere. (De este modo es siempre seguro).

Una cosa que parece difícil de aceptar para los Efraimitas es que los hombres y las mujeres eran segregados cuando entraban en el templo, y en las sinagogas devotas. Esto se basa en Levíticos 15:19-20, que habla sobre las impurezas rituales durante el período mensual de purificación de una mujer.

Vayiqra (Levíticos) 15:19-20
19 Si una mujer tiene flujo, y el flujo de su cuerpo es sangre, será apartada siete días; y quienquiera que la toque quedará impuro hasta la tarde.
20 Todo aquello sobre lo que ella descanse durante su impureza quedará impuro; también todo sobre lo que ella se siente quedará impuro.

Muchas cosas nos pueden hacer ritualmente impuros. Si bien no es pecado estar ritualmente impuro, esto significa, más bien, que un hombre no puede dirigir los rituales. Otros dicen que, el hombre impuro, incluso no debería asistir a las ceremonias si está ritualmente impuro, pero no hay pruebas de esto. Discutimos estos asuntos en detalle en “Acerca de la Limpieza Ritual” en la sección Estudios Escriturales Nazarenos, Volumen Uno. Sin embargo, en un nivel más práctico, quiere decir que los sacerdotes, los ancianos y los diáconos (y ciertamente, todos aquellos que puedan) deberían hacer su mejor esfuerzo para no estar ritualmente impuros en el Shabat y en los Shabatón (días de reposo festivos). Esto también incluye no tener relaciones maritales durante esos días.

Shemot (Éxodo) 19:15
15 Y le dijo al pueblo, “Estén listos para [lit: en contra] el tercer día; no toquen a sus esposas”.

Tradicionalmente, en el interior de las sinagogas segregan por género (y los niños pequeños van con sus madres). Una razón por la que hacen esto es con el objetivo de que las mujeres no necesiten decirle a los demás que se están purificando. Si bien, puede ser difícil que las parejas jóvenes permanezcan ritualmente puras, a los ancianos les será más fácil permanecer ritualmente puros, ya que sus propias esposas ya no están en sus años de purificación. Simplemente segregando la asamblea, el riesgo de que los ancianos se vuelvan ritualmente sucios (y, por ende, no estén en condiciones de dirigir las oraciones rituales) se reduce en gran manera.

[Para más detalles vea, “Acerca de la Limpieza Ritual,” en la sección Estudios Escriturales Nazarenos, Volumen Uno.]

Otra cosa con la que los Efraimitas parecen tener dificultades es con la costumbre Hebrea de que las mujeres cubran sus cabezas. Esto se hace para ocultar la belleza de una mujer al mundo exterior y para demostrar que acepta la autoridad [de su marido]. En 1 Corintios 11:10, Shaul nos dice que una mujer debe tener un símbolo de autoridad en su cabeza, debido a los “ángeles”.

Qorintim Alef (1 Corintios) 11: 8-10
8 Porque el hombre no procede de la mujer, sino la mujer del hombre.
9 Ni el hombre fue creado para la mujer, sino la mujer para el hombre.
10 Por esta razón, la mujer debe tener un símbolo de autoridad en su cabeza, debido a los ángeles.

La palabra ángel es el Strong: G32, ángelos. Tiene múltiples significados, uno de los cuales es pastor (es decir, un sacerdote, un anciano u otro ministro). También se traduce como mensajero (y los que trabajan en el ministerio son mensajeros).

G32 ángelos de ἀνγέλλω angélo [probablemente derivado de G71; Compare G34] (traer nuevas); mensajero; especialmente «ángel»; por implicación pastor: mensajero, ángel.

Puede ser que los mensajeros celestiales (ángeles) se vean beneficiados por un símbolo de autoridad justa en la cabeza de la mujer. También puede ser que este símbolo de autoridad justa sea necesario para ayudar a los pastores y otros mensajeros (ministros). Pero ¿por qué sería así?

El pastoreo, la consejería y otras formas de ministerio necesitan ser personales. Para hacer su trabajo de la manera correcta, un pastor necesita desarrollar relaciones cercanas con aquellos a quienes sirve. Es natural que las mujeres se sientan atraídas por los hombres en el liderazgo, especialmente cuando ellas están interesadas en conocerlos mejor. También es natural que los hombres desarrollen sentimientos hacia las mujeres que los admiran, y como los hombres tienen una orientación visual, un símbolo visual de autoridad puede ayudar debido a que Satanás está continuamente tratando de distraer a los ministros. Entonces, cuanto más pueda ayudar una mujer al ministro a mantener su enfoque en Elohim, ocultando su belleza, mejor es.

Debido a que la cobertura de la cabeza no es uno de los cuatro principales temas de Hechos 15, no profundizaremos sobre esto. Sin embargo, es una buena práctica para cualquier mujer que quiere hacer las cosas como se hicieron en el tiempo de Yeshúa. (Para más detalles, vea “La Cobertura de la Cabeza en las Escrituras”,  en Estudios Escriturales Nazarenos, Volumen Dos).

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