¿Por Vista o Por Fe?
Corintim Bet (2 Corintios) 5:7-8
7 Porque vivimos por fe, y no por vista;
8 Pues vivimos confiados; aunque consideramos mejor ausentarnos del cuerpo, y estar presentes con el Mesías.
Shaúl (mejor conocido como Pablo), en su segunda carta a los corintios expresó que se debe vivir por fe, y no por vista.
Pero; ¿Estamos entendiendo bien, como esto aplica a nuestras vidas? ¿Es posible vivir sin tener en cuenta lo que vemos?, o más importante aún, ¿qué fue lo que enseño Yeshúa (nuestro Mesías) sobre la vista?
Yojanán (Juan) 9:39-41
39 Yeshúa dijo: Para juicio he venido Yo a este mundo; para que los que no ven, vean, y los que ven, sean cegados.
40 Entonces algunos de los fariseos que estaban con él, al oír esto, le dijeron: ¿Acaso nosotros somos también ciegos?
41 Yeshúa les respondió: Si fuerais ciegos, no tendríais pecado; pero ahora, porque decís: Vemos, vuestro pecado permanece.
Cuando contrastamos las palabras de Shaúl con las de Yeshúa, podemos darnos cuenta de que no podemos tomar a la ligera las palabras de shaúl sino que debemos discernir correctamente lo que Shaúl está queriendo decir con sus palabras, en consonancia con las palabras de Yeshúa.
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Esta porción es conocida como Parashá Vayigash que significa acercarse.
Esto es una referencia del acercamiento de Judá hacia el gobernador de Egipto, sin aun saber, que el gobernador era Yosef, su hermano.
Bereshit (Génesis) 44:18
18 Entonces Judá se acercó a él [gobernador/Yosef], y dijo: Ay, señor mío, te ruego que permitas que hable tu siervo una palabra en oídos de mi señor, y no se encienda tu enojo contra tu siervo, pues tú eres como Faraón.
Y con este único verso, podemos ver dos imágenes proféticas.
Una de ellas es la de Judá, representando a la parte del pueblo judío, que no reconoce que, su redentor es aquel que se sacrificó por sus hermanos para preservarles la vida hasta que Él mismo (es decir Yeshúa, representado por Yosef) se revelé a ellos.
[Y es necesario aclarar que esto es algo parcial, ya que los primeros apóstoles eran judíos, por lo que no todos los judíos fueron cegados de la revelación para reconocer al verdadero Mesías de Israel].
Y la otra imagen profética, es la de Yosef representando a los cristianos que, a su vez representan a las tribus perdidas de la casa de Israel, a estos que Yeshúa describió como las ovejas perdidas de la casa de Israel.
Matityahu (Mateo) 15:24
24 Él [Yeshúa] respondió diciendo: No fui enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel.
Y entendemos que, cuando Yeshúa usa la expresión “la casa de Israel” es una referencia a las 10 tribus que formaron el reino del norte, reino que se formó después de la muerte del rey Salomón.
Este acontecimiento lo podemos encontrar en 1 Reyes 11:29 – 12:25
Y en el libro de Yirmeyahu [o Jeremías] podemos encontrar varios pasajes donde el profeta hace una clara diferencia entre la casa de Judá y la casa de Israel, siendo la casa de Israel, el reino del norte mencionado anteriormente.
Yirmeyahu (Jeremías) 5:11
11 Porque resueltamente se rebelaron contra Mí la casa de Israel [reino del norte] y la casa de Judá [reino del sur], dice Yahweh.Yirmeyahu (Jeremías) 31:31
31 He aquí que vienen días, dice Yahweh, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel [reino del norte] y con la casa de Judá [reino del sur].Yirmeyahu (Jeremías) 33:14
14 He aquí vienen días, dice Yahweh, en que Yo confirmaré la buena palabra que he hablado a la casa de Israel [reino del norte] y a la casa de Judá [reino del sur].
Como dije antes, una de las imágenes proféticas es la de Yosef representando a los cristianos; que provienen en gran medida de las 10 tribus que conformaron el reino del norte (más conocida como la casa de Israel, también llamada casa de Efraím o casa de Yosef).
Y esto es algo que muchos, en el movimiento mesiánico ya conocen, pero aún existen muchas personas (que inclusive basan su fe en la Biblia) que no han oído hablar sobre esto, por lo cual vamos a dar una breve explicación.
Lo que muchos creyentes (en las sagradas Escrituras) no entienden todavía y necesitan entender es que, por causa de la idolatría permitida por Salomón en su reinado, Yahweh le dijo a Salomón que después de su muerte, el reino sería dividido en dos.
Melajim Alef (1 Reyes) 11:11-12
11 Y dijo Yahweh a Salomón: Por cuanto ha habido esto en ti, y no has guardado Mi pacto y Mis estatutos que Yo te mandé, romperé de ti el reino, y lo entregaré a tu siervo.
12 Sin embargo, no lo haré en tus días, por amor a David tu padre; lo romperé de la mano de tu hijo.
Y así como lo dijo Yahweh, sucedió; y el reino fue dividido en dos después de la muerte de Salomón, quedando Roboam (hijo de Salomón), como rey de la casa de Judá (o reino del sur), y Jeroboam de la tribu de Efraím, como rey de la casa de Israel o casa de Efraím (que fue el reino del norte).
Y sabemos que la tribu de Efraím junto a la tribu de Manases conformaban lo que sería la tribu de Yosef, (debido a que Efraím y Manases fueron sus hijos), por lo que la casa de Efraím también es conocida como la casa de Yosef.
El contexto de la división de todo Israel en dos reinos está relatado principalmente en 1 Reyes 11-12, donde inclusive encontramos que el profeta Ahías le declaró a Roboam como Israel sería dividido en dos.
Melajim Alef (1 Reyes) 11:30-31
30 Y tomando Ahías la capa nueva que tenía sobre sí, la rompió en doce pedazos,
31 y dijo a Jeroboam: Toma para ti los diez pedazos; porque así dijo Yahweh Elohim de Israel: He aquí que Yo rompo el reino de la mano de Salomón, y a ti te daré diez tribus.
Y cuando descubrimos (por medio de las Escrituras) que este reino fue invadido por el imperio Asirio, y los Asirios dispersaron a los habitantes del reino del norte, (identificados como la casa de Efraím), nos damos cuenta de que muchos de los descendientes de Israel, fueron dispersos por varios lugares de la tierra, dando lugar a la bendición de Yaacob sobre Efraím, que encontramos en Bereshit 48:19
Donde Yaacob hablando con Yosef le dijo:
Bereshit (Génesis) 48:19
19 Lo sé, hijo mío, lo sé; también él [Manases] vendrá a ser un pueblo, y será también engrandecido; pero su hermano menor [Efraim] será más grande que él, y su descendencia formará multitud de naciones.
Si estas interesado en conocer más sobre la división del pueblo de Israel y como el reino del Norte vienen a ser las ovejas perdidas que, actualmente se identifican como cristianos, puedes ver nuestros estudios en israelnazareno.org y entre ellos puedes encontrar los estudios llamados: Las Dos Casas de Israel, Las Dos Casas en el Pacto Renovado, La nación se Divide, Israel es devorado y Cristianismo, las Diez Tribus Perdidas de Israel.
Y lo que cabe resaltar de esta situación, es que muchos de los que fueron esparcidos, (en la medida que estaban conviviendo entre otras culturas), fueron perdiendo su identidad como Israelitas.
Aunque esto no implica que, sea estrictamente necesario que, seamos descendientes de estas tribus para pertenecer a Israel, porque el verdadero Israel está conformado por personas que practican la fe verdadera.
En las Escrituras tenemos algunos ejemplos como lo fueron Rahab y Rut, que formaban parte de otros pueblos, pero decidieron seguir los mandamientos de Yahweh convirtiéndose de esta manera en parte de Israel.
Lo importante de todo esto, es entender que teniendo o no, sangre de las tribus de Israel, necesitamos identificarnos como verdaderos israelitas
Volviendo al contexto de la parashá; inicialmente vimos que Judá se dirigió al gobernador de Egipto (que era Yosef, pero Judá aun no lo sabía) y humildemente pidió permiso para hablar.
Entonces Judá, recordando los acontecimientos anteriores dijo:
Bereshit (Génesis) 44:33
33 te ruego, por tanto, que quede ahora tu siervo en lugar del joven por siervo de mi señor, y que el joven vaya con sus hermanos.
En este punto podemos ver una gran enseñanza para nuestros hermanos judíos que, puede ser vista como una imagen profética de la vida de los apóstoles.
Como nos muestra el pasaje, Judá intercedió por Benjamín, que era el menor de sus hermanos y que era hijo de Raquel (al igual que Yosef), por lo que esto nos muestra que el hermano mayor intercedió por el hermano menor.
Y cuando analizamos esto desde una perspectiva más amplia y lo enfocamos desde la perspectiva de las dos casas de Israel, conseguimos ver que, la casa de Judá es el hermano mayor y la casa de Efraím es el hermano menor.
Y que la casa de Judá (es decir el pueblo judío) debería interceder por la casa de Efraím (es decir los cristianos dispersos) para que reconozcan su identidad en Israel, de manera que unidos, puedan reconocer al verdadero Mesías, de la misma manera que hicieron los apóstoles.
Porque si bien los cristianos reconocen que, el Mesías vino en la carne (hace algo más de 2000 años) para pagar por nuestros pecados, aún hay muchos que no reconocen plenamente que, Yeshúa tenía una identidad Israelita, y que no vino a establecer una religión diferente, sino a revelarnos el verdadero entendimiento de la Torá.
Lamentablemente, aun cuando debemos estar agradecidos al pueblo judío, por ser el pueblo que resguardó las Escrituras; Muchos de ellos se han desviado de la Torá para seguir doctrinas de hombres, como por ejemplo el Talmud, entre otras doctrinas humanas que, aunque intenten presentarlas como sana doctrina están claramente contradiciendo Las Sagradas Escrituras.
Si te interesa saber por qué rechazamos el Talmud, puedes ver nuestro estudio llamado: ¿Por Qué Ignoramos el Talmud?
Y es que, si la mayoría del pueblo judío dejara de rechazar a sus hermanos menores (la casa de Efraím) intercediendo por nosotros, (así como Judá intercedió por Benjamín) podría suceder lo mismo que vemos en Bereshit 45, donde Yosef (siendo un Mesías para su época) se revelo a Judá
Bereshit (Génesis) 45:3-4
3 Y dijo Yosef a sus hermanos: Yo soy Yosef; ¿vive aún mi padre? Y sus hermanos no pudieron responderle, porque estaban turbados delante de él.
4 Entonces dijo Yosef a sus hermanos: Acercaos ahora a mí. Y ellos se acercaron. Y él dijo: Yo soy Yosef vuestro hermano, el que vendisteis para Egipto.
Tristemente aun podemos notar mucho rechazo de nuestros hermanos de Judá, pero no debemos sorprendernos porque Las Escrituras profetizan sobre esto en Romanos 11, que nos dice lo siguiente:
Romim (Romanos) 11:25-26
25 Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte [principalmente la casa de Judá], hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles [principalmente los dispersos de la casa de Efraim];
26 y luego todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sión el Libertador, que apartará de Yaacob la impiedad.
Y algunos podrían preguntarse, ¿cómo saber que la interpretación anterior es correcta o no?; Para esto vamos a mirar lo que nos dice el profeta Yehezquel:
Yehezquel (Ezequiel) 37:15-19
15 Vino a mí palabra de Yahweh, diciendo:
16 Hijo de hombre, toma ahora un palo, y escribe en él: Para Judá, y para los hijos de Israel sus compañeros. Toma después otro palo, y escribe en él: Para Yosef, palo de Efraím, y para toda la casa de Israel sus compañeros.17 Júntalos luego el uno con el otro, para que sean uno solo, y serán uno solo en tu mano.
18 Y cuando te pregunten los hijos de tu pueblo, diciendo: ¿No nos enseñarás qué te propones con eso?,
19 diles: Así ha dicho Yahweh: He aquí, Yo tomo el palo de Yosef que está en la mano de Efraím, y a las tribus de Israel sus compañeros, y los pondré con el palo de Judá, y los haré un solo palo, y serán uno en mi mano.
Cuando leemos este pasaje, la primera pregunta que me viene al pensamiento es: ¿esta profecía se habrá cumplido ya?
Y es que esto es fundamental para entender, si aun es necesario que la casa de Judá y la casa de Efraím se unan para que sea cumplida esta profecía.
Y para verificar como esta profecía aún está sin cumplir, vamos a seguir leyendo:
Yehezquel (Ezequiel) 37:21-22
21 y les dirás: Así ha dicho Yahweh: He aquí, Yo tomo a los hijos de Israel de entre las naciones a las cuales fueron, y los recogeré de todas partes, y los traeré a su tierra;
22 y los haré una nación en la tierra, en los montes de Israel, y un rey será a todos ellos por rey; y nunca más serán dos naciones, ni nunca más serán divididos en dos reinos.Yehezquel (Ezequiel) 37:25-26
25 Habitarán en la tierra que di a Mi siervo Yaacob, en la cual habitaron vuestros padres; en ella habitarán ellos, sus hijos y los hijos de sus hijos para siempre; y Mi siervo David será príncipe de ellos para siempre.
26 Y haré con ellos pacto de paz, pacto perpetuo será con ellos; y los estableceré y los multiplicaré, y pondré Mi santuario entre ellos para siempre.
Por lo que podemos notar en este pasaje, esta profecía será cumplida cuando “todo el pueblo de Israel esté unido”, y nos dice que, “no habrá más dos naciones”, lo que nos indica que antes de este acontecimiento, el pueblo aun sigue dividido en dos;
Lo cual es una indicación de que la casa de Efraím aún no está unida a la casa de Judá, y que el verdadero pueblo de Yahweh estará conformado por las dos casas juntamente, con todos aquellos que por fe se unirán a Israel.
Y como he mencionado en otros estudios, cuando hablamos del pueblo de Yahweh, no estamos hablando del estado o del gobierno israelí, el cual está conformado por personas con culturas e identidades diversas, siendo que muchas de ellas no se identifican con Las Escrituras.
Ahora, volviendo al contexto de la parashá, donde vimos que Yosef reveló su verdadera identidad a Judá y al resto de sus hermanos, (porque ellos aun viéndolo no lo reconocían), podemos recordar el verso que inició esta presentación:
Corintim Bet (2 Corintios) 5:7
7 Porque vivimos por fe, y no por vista;
Entendiendo que lo que vemos, (o podríamos decir, lo que creemos ver) puede ser engañoso; Lo que, dicho de otra manera, el mensaje podría decir que, no debemos confiar en las apariencias.
Porque si tomamos el verso anterior en su sentido más amplio y literal, puede parecer que el verso nos quiere trasmitir la idea de que la ceguera es una bendición.
Y es que esto puede hacer sentido en algunos casos, pero no en su sentido más literal o espiritual.
Y es que la ceguera en sí misma, no puede ser una bendición, aunque si puede ser una posible condición para que Elohim muestre Su poder, como lo hizo Yeshúa según podemos comprobar en el capítulo 9 de Yojanán
Yojanán (Juan) 9:1-3
1 Al pasar Yeshúa, vio a un hombre ciego de nacimiento.
2 Y le preguntaron Sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego?
3 Respondió Yeshúa: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Elohim se manifiesten en él.
Y
Yojanán (Juan) 9:6-7
6 … escupió en tierra, e hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo los ojos del ciego,
7 y le dijo: Ve a lavarte en el estanque de Siloé (que traducido es, Enviado). Fue entonces, y se lavó, y regresó viendo.
Por lo que la vista, es una gran bendición, tanto en el sentido físico como en el sentido espiritual; sin embargo, debemos ser muy cautelosos, porque ni todo aquello que creemos ver, es como parece; y esto está estrechamente relacionado con el corazón, porque muchas veces simplemente vemos las cosas de la forma incorrecta porque nuestro corazón nos condiciona, porque como nos dice la Escritura:
Yirmeyahu (Jeremías) 17:9
9 Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?
Y para continuar con el enfoque de la visión, podemos tener en cuenta lo que le sucedió a Shaúl, (en Hechos 9) donde se menciona que Shaúl perseguía a los discípulos para asesinarlos, y que le pidió autorización al Sumo Sacerdote para prenderlos.
Maasei (Hechos) 9:3-4
3 Pero yendo por el camino, aconteció que, al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo;
4 y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Shaúl, Shaúl, ¿por qué Me persigues?
Y en este momento, podemos notar que, Shaúl le preguntó a la voz que escuchó,
¿quién eres?
Y Yeshúa se le reveló, porque al igual que Judá, no conseguía saber quién era realmente el que le hablaba.
Y Shaúl lleno de temor, le preguntó, ¿Qué quieres que haga?
A lo que Yeshúa solo le indicó que debía entrar en la ciudad, y que luego se le informaría lo que debía hacer.
Y ahora vamos a ver otra situación donde Elohim se glorifica, con la ceguera de un hombre; porque después del encuentro de Shaúl con Yeshúa, Shaúl quedó ciego.
Maasei (Hechos) 9:8-9
8 Entonces Shaúl se levantó de tierra, y abriendo los ojos, no veía a nadie; así que, llevándole por la mano, le metieron en Damasco,
9 donde estuvo tres días sin ver, y no comió ni bebió.
Y después de este tiempo, un discípulo llamado Ananías, recibió una visión de Yeshúa para que se reuniera con Shaúl, pero Ananías conociendo el pasado de Shaúl tuvo miedo por lo que le respondió:
Maasei (Hechos) 9:13-14
13 … Maestro, he oído de muchos acerca de este hombre, cuántos males ha hecho a tus apartados en Jerusalém;
14 y aun aquí tiene autoridad de los principales sacerdotes para prender a todos los que invocan Tu nombre.
Y Yeshúa le hizo saber a Ananías que Shaúl, había sido llamado para llevar el evangelio y que al igual que había perseguido a los discípulos, Shaúl también sufriría persecución.
Por lo que Ananías obedeciendo al Mesías, fue donde Shaúl se encontraba y colocando sus manos sobre él le dijo:
Maasei (Hechos) 9:17-18
17 … Hermano Shaúl, el Maestro Yeshúa, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Apartado.
18 Y al momento le cayeron de los ojos como escamas, y recibió al instante la vista; y levantándose, fue bautizado.
Como podemos comprobar en los dos casos anteriores, la ceguera fue una condición en cada hombre para entender la dependencia que tenían de Yeshúa, es decir, la ceguera es buena en la medida que nos acerca a Yahweh.
Sin embargo, el verdadero propósito de Elohim es que podamos ver, siempre reconociendo la necesidad de que sea Él, el que nos revele las cosas.
Y es aquí, donde el verso (ya mencionado anteriormente) y que citaré por tercera vez, cobra mucho más sentido.
Corintim Bet (2 Corintios) 5:7
7 Porque vivimos por fe, y no por vista;
Hermanos, la referencia de Shaúl en este verso, no significa que lo que vemos no sea relevante para nuestra fe, sino que, lo que Shaúl quiere que entendamos con este verso, es que no debemos guiarnos por las apariencias o según nuestro corazón.
Y algo sumamente importante que debemos entender es que la fe, no es un sentimiento, y mucho menos una emoción.
Si bien Yahweh (en algunas ocasiones) puede revelarse a las personas a través de las sensaciones, no quiere decir que, por tener un lindo sentimiento o una sensación agradable, tengamos verdadera fe.
Sino que la verdadera manifestación de nuestra fe está en la fuerza que Él nos da para obedecer Sus Instrucciones y Mandamientos, independientemente si esto nos causa gozo o sufrimiento.
Porque si la confianza que alimenta nuestra fe proviniera de un sentimiento de paz o de emociones agradables, ¿cómo podrían haber vivido con fe, los profetas y los apóstoles que fueron perseguidos y muchos de ellos asesinados?
Mantén tu confianza en el poder de Elohim, más allá de lo que sientas o de lo que veas, y pídele sabiduría y revelación para entender como escoger el camino correcto.
Shabat Shalom.
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Recuerda La mies es mucha y los obreros pocos, apóyanos.
Parashá Infatil aquí
