¡Votación vs Unción!
Matityahu (Mateo) 6:31-33
31 No se afanen, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?
32 Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero su Padre celestial sabe que tienen necesidad de todas estas cosas.
33 Mas busquen primeramente el Reino de Elohim y Su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas.
Cuando las personas estudian las Escrituras, suelen tomar las enseñanzas que encuentran allí para adaptarlas o encajarlas en su cultura y no se paran a pensar si es que las Escrituras nos están enseñando también, que debemos cambiar nuestra cultura. Y es que, si analizamos lo que significa tener una cultura, podremos ver que es más profundo de lo que a muchos les pueda parecer.
La cultura no es solo algo que se tiene por gustos o por honrar a nuestros antepasados y ya. Sino que implica que esas costumbres y tradiciones en su gran mayoría (por no decir en su totalidad) tiene implicaciones espirituales. Porque la palabra cultura es una palabra que está ligada a el cultivo y también “al culto”; lo que nos revela que la cultura está conformada por aquello que cultivamos y también por lo que adoramos; ya que es algo que condiciona nuestra identidad.
Por lo tanto, nuestra cultura, (aunque muchos no logren verlo a simple vista) tiene una relación directa con las creencias de nuestros antepasados; y por lo tanto se relaciona con lo que creemos, y por eso no podemos tener la misma fe, si tenemos diferentes culturas.
Y con esta aclaración, podemos comenzar este estudio…
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Shabat Shalom y bienvenidos a un nuevo estudio de la parashá semanal.
En este día les hablaré de la porción de la Torá encontrada en Devarim “16:18–21:9” llamada Parashat Shoftim que puede ser traducida como “Jueces”. Y considero que es una muy buena oportunidad para hablar sobre los jueces en nuestros días.
Y para esto, comenzaremos por ver como comienza la parashá correspondiente a este estudio.
Miremos:
Devarim (Deuteronomio) 16:18-20
18 En todas las ciudades que Yahweh tu Elohim te dará, pondrás jueces y oficiales de tus tribus, los cuales juzgarán al pueblo con justo juicio.
19 No tuerzas el derecho; no hagas acepción de personas, ni tomes soborno; porque el soborno ciega los ojos de los sabios, y pervierte las palabras de los justos.
20 La justicia seguirás, para que vivas y heredes la tierra que Yahweh tu Elohim te da.
En los estudios que hago, siempre tengo muy presente la importancia de predicar que la Ley (o Torá) es buena para el pueblo, ya que muchas personas que, no estudian correctamente la Torá o no entienden su esencia, piensan y enseñan que ya no debemos obedecerla. Sin embargo, a medida que profundizamos en toda la Torá, (con el espíritu correcto) podemos ver que es buena para mantener la justicia en el pueblo de Yahweh. Como nos revela el pasaje anterior.
Muchos creen que la Torá fue dada únicamente al pueblo judío; y esto es un gravísimo error que está en el pensamiento de muchos por no escudriñar lo suficiente las Escrituras y basar su interpretación de las Escrituras según la cultura que recibieron de sus padres. Una cultura bien distinta a la que nos muestran las Escrituras; es decir, una cultura hebrea-Israelita.
Y una de las razones por las cuales, muchos rechazan la Torá – en nuestros días – es porque les parece muy exigente; y posiblemente consideran que no contempla la misericordia que nos revela el nuevo pacto, por pasajes como el que vamos a ver a continuación.
Devarim (Deuteronomio) 17:2-5
2 Cuando se hallare en medio de ti, en alguna de tus ciudades que Yahweh tu Elohim te da, hombre o mujer que haya hecho mal ante los ojos de Yahweh tu Elohim quebrantando Su pacto,
3 que hubiere ido y servido a elohim [dioses] ajenos, y se hubiere inclinado a ellos, ya sea al sol, o a la luna, o a todo el ejército del cielo, lo cual Yo he prohibido;4 y te fuere dado aviso, y después que oyeres y hubieres indagado bien, la cosa pareciere de verdad cierta, que tal abominación ha sido hecha en Israel;
5 entonces sacarás a tus puertas al hombre o a la mujer que hubiere hecho esta mala cosa, sea hombre o mujer, y los apedrearás, y así morirán.
Debemos tener muy claro que Yahweh es un Elohim misericordioso, lo cual nos es revelado principalmente por el sacrificio de Yeshúa, mas también por medio de la Torá.
Muchos, parecen creer que, el Elohim presentado en el antiguo pacto es diferente al presentado en el nuevo pacto, pensando que Elohim era muy exigente y ahora es más tolerante; sin embargo, el nuevo pacto nos revela que la misericordia no es contraria a la exigencia, como podemos ver en Lucas 13:24, que nos dice así:
Lucas 13:24
24 Esfuércense en entrar por la puerta angosta; porque les digo que muchos procurarán entrar, y no podrán.
Además, hebreos 12:14 nos dice que, sin santidad nadie verá a Elohim.
Ivrim (Hebreos) 12:14
14 Procuren vivir en paz con todos, y en santidad, sin la cual nadie verá a Elohim.
Muchos, se están engañando a sí mismos a causa de su egoísmo; pensando que pueden recibir la salvación solo por decir y sentir que creen en Yeshúa; sin embargo, sabemos que somos salvos por fe, y la fe sin obediencia no es verdadera; por lo tanto, si decimos que creemos, pero no obedecemos, realmente no estamos teniendo fe; Y una parte muy importante de la obediencia es el establecimiento de la justicia en nuestras relaciones.
Y sobre esto, nos habla también esta parashá en el pasaje que vamos a ver a continuación:
Devarim (Deuteronomio) 17:8-9
8 Cuando alguna cosa te fuere difícil en el juicio, entre una clase de homicidio y otra, entre una clase de derecho legal y otra, y entre una clase de herida y otra, en negocios de litigio en tus ciudades; entonces te levantarás y recurrirás al lugar que Yahweh tu Elohim escogiere;
9 y vendrás a los sacerdotes levitas, y al juez que hubiere en aquellos días, y preguntarás; y ellos te enseñarán la sentencia del juicio.
Antes leímos que, aquellos que fueran encontrados en idolatría deberían ser apedreados; y el pasaje anterior nos revela que hay un orden para establecer los juicios.
Me doy cuenta de que hay muchos que piensan que, la condena de muerte no debe ser aplicada en nuestros días, porque somos llamados a tener misericordia; Pero como vimos en la parashat Ekev, la misericordia también está presente en la Torá; y lo podemos comprobar en Devarim 7:12
Devarim (Deuteronomio) 7:12
12 Y por haber oído [causa – efecto] estos decretos y haberlos guardado y puesto por obra, Yahweh tu Elohim guardará contigo el pacto y la misericordia que juró a tus padres.
Es decir, no es el cumplimiento de la Torá lo que nos da salvación, pero por medio del cumplimiento de la Torá es que nuestra fe es comprobada, y es revelado el amor de Yahweh por nosotros y de nosotros hacia Él.
Porque Yahweh es amor, conforme nos dice 1 de Juan 4:8 Y también es un Juez Justo según Salmos 7:11
Yojanán Alef (1 Juan) 4:8
8 El que no ama, no ha conocido a Elohim; porque Elohim es amor.Tehilim (Salmos) 7:11
11 Elohim es juez justo, Y Elohim está airado contra el impío todos los días.
Y es que … ¿alguien puede pensar que, el amor puede existir sin justicia? Y … ¿la justicia podrá existir sin juicios?
Por esto, Yahweh nos dejó la Torá, que nos revela Su justicia por medio de estatutos y decretos que debemos implementar para llevar a cabo Sus juicios, siempre reconociendo que, primeramente, debemos aplicar la misericordia y el perdón en aquellos que se arrepienten de verdad, y no pensar en la misericordia como un salvoconducto para todos nuestros pecados, solo porque tenemos remordimientos.
Con esto en mente, podemos seguir leyendo la parashá, y ver que más nos dice:
Devarim (Deuteronomio) 17:10-13
10 Y harás según la sentencia que te indiquen los del lugar que Yahweh escogiere, y cuidarás de hacer según todo lo que te manifiesten.
11 Según la Torá que te enseñen, y según el juicio que te digan, harás; no te apartarás ni a diestra ni a siniestra de la sentencia que te declaren.12 Y el hombre que procediere con arrogancia, no obedeciendo al sacerdote que está para ministrar allí delante de Yahweh tu Elohim, o al juez, el tal morirá; y quitarás el mal de en medio de Israel.
13 Y todo el pueblo oirá, y temerá, y no será de nuevo arrogante.
Muchos están pensando que la condena de muerte mencionada en la Torá es un castigo extremo, y que no contempla la misericordia; pero realmente “si” la contempla. Y es que, este tipo de juicio es principalmente establecido por amor a las víctimas; y también para preservar la santidad y la pureza en el pueblo.
También debemos entender que, actualmente en la dispersión no estamos en condiciones de establecer este tipo de condenas que la Torá ordena, porque no estamos establecidos como una nación independiente; pero este, es el estándar que Yahweh quiere para Su pueblo. Y a aquellas personas que le parece muy extremo este tipo de leyes, es porque no están comprendiendo que el pecado está haciendo mucho más daño: llevando a muchas personas al engaño y a la condenación de sus almas.
Debemos entender que, lo más importante no es, si somos condenados a muerte en esta vida; sino, si somos condenados en la eternidad. Por esto, independientemente de, si morimos o seguimos con vida; lo principal es arrepentirnos y volvernos de nuestros pecados, esforzándonos para tener una vida santa.
Y entender que, ninguno es verdaderamente justo y todos merecemos la muerte; y que la justicia no debe ser impuesta de manera subjetiva, por capricho o por venganza. Por esto, es muy importante que los juicios se realicen de manera ordenada, por medio de personas que hayan mostrados verdaderos frutos de arrepentimiento, demostrando su amor por Yahweh a través de la obediencia.
Y también, es muy importante que los jueces escuchen la voz de Yahweh, para entender las situaciones donde la misericordia debe ser aplicada de distintas maneras.
Y podemos poner como ejemplo de esto, al Rey David, que habiendo pecado gravemente, fue perdonado porque Yahweh conocía su corazón; y principalmente porque Yahweh tenía más planes en la vida de David, ya que David podría haber muerto mucho antes por causa de sus pecados.
Y el juicio de la Torá no fue aplicado directamente sobre David, porque Yahweh así lo determinó; pero la Torá aún estaba vigente; y hoy en día sigue vigente, y debemos aplicarla en la medida de lo posible; pero no podemos aplicarla completamente por causa de nuestras circunstancias, ya que no estamos establecidos verdaderamente como una nación.
Y es que, una parte de la Torá solo puede ser aplicada estando organizados como una nación; por esto, en varios lugares de la Torá se hace referencia a aplicar los estatutos y decretos en la tierra prometida; así como podemos ver en la continuación del texto de esta parashá.
Devarim (Deuteronomio) 17:14-15
14 Cuando hayas entrado en la tierra que Yahweh tu Elohim te da, y tomes posesión de ella y la habites, y digas: Pondré un rey sobre mí, como todas las naciones que están en mis alrededores;
15 ciertamente pondrás por rey sobre ti al que Yahweh tu Elohim escogiere; de entre tus hermanos pondrás rey sobre ti; no podrás poner sobre ti a hombre extranjero, que no sea tu hermano.
Actualmente, gran parte de los llamados por Yahweh a ser injertados en Su pueblo, estamos dispersos por diferentes naciones; naciones que pueden tener conocimiento de las enseñanzas bíblicas, pero que no las aplican de una manera plena; sino que están contaminadas por las tradiciones de las cuales surgieron. Y estas naciones se fueron desarrollando con identidades diversas, sin tener una conciencia plena de la identidad que nos enseña la Palabra de Yahweh.
Esto ha sucedido (principalmente) por las transgresiones de los habitantes de los dos reinos en los cuales Israel se había dividido; Conocidos actualmente como la casa de Judá, de la cual surgieron los judíos; y la casa de José o la casa de Efraim, de la cual descienden los cristianos (por lo menos espiritualmente hablando).
Y esto debe servirnos para entender que, la nación de Israel debía estar conformada como un Reino, gobernada por un rey que, escudriñara la Torá y la aplicara, como podremos comprobar en los versos siguientes:
Devarim (Deuteronomio) 17:16-20
16 Pero él no aumentará para sí caballos, ni hará volver el pueblo a Egipto con el fin de aumentar caballos; porque Yahweh os ha dicho: No volváis nunca por este camino.
17 Ni tomará para sí muchas mujeres, para que su corazón no se desvíe; ni plata ni oro amontonará para sí en abundancia.
18 Y cuando se siente sobre el trono de su reino, entonces escribirá para sí una copia de esta Torá, un libro del original que está al cuidado de los sacerdotes levitas;19 y lo tendrá consigo, y leerá en él todos los días de su vida, para que aprenda a temer a Yahweh su Elohim, para guardar todas las palabras de esta Torá y estos estatutos, para ponerlos por obra;
20 para que no se eleve su corazón sobre sus hermanos, ni se aparte del mandamiento a diestra ni a siniestra; a fin de que prolongue sus días en su reino, él y sus hijos, en medio de Israel.
Las Escrituras nos revelan que, el escogido para ser el primer rey de Israel fue el rey Saul, el cual Yahweh había establecido “no” por ser el más adecuado, sino porque el pueblo de Israel no tuvo interés en consultar a Yahweh Su voluntad.
Lo sabemos por lo que podemos leer en 1 de Samuel 8.
Shemuel Alef (1 Samuel) 8:4-5
4 Entonces todos los ancianos de Israel se juntaron, y vinieron a Ramá para ver a Samuel,
5 y le dijeron: He aquí tú has envejecido, y tus hijos no andan en tus caminos; por tanto, constitúyenos ahora un rey que nos juzgue, como tienen todas las naciones.
Algo que debemos resaltar es que, el pueblo dijo que querían un rey como tenían las demás naciones. Antes de decirle a Samuel que les constituyera un rey, si Yahweh así lo quería. Por esto, el primer rey, no fue conforme al corazón de Yahweh; a diferencia del rey David que si tenía un corazón conforme al de Yahweh.
Lo que quiero resaltar con esto es que, Yahweh desea que Su pueblo sea constituido como un Reino, gobernado por un rey que sea temeroso de Elohim; y no gobernado por políticos elegidos democráticamente que gobiernan para agradar al pueblo, antes de hacer la voluntad de Yahweh.
Debemos entender que, en esta parashá, se nos revela las características que debía tener el rey que gobernare Israel, lo que nos indica que la Torá contempla que el pueblo de Yahweh debe estar constituido como un Reino.
Recordemos la oración que Yeshúa enseño a Sus discípulos:
Matityahu (Mateo) 6:10
10 Venga Tu reino. Hágase Tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Estas palabras nos revelan que debemos orar para que la tierra sea gobernada como en el cielo, siendo que Yeshúa es nuestro Rey, la tierra debe ser gobernada como un reino. Y otra cosa que debemos tener en cuenta es que, a diferencia de lo que muchos piensan, (creyendo que los judíos fueron sustituidos por los cristianos); Las Escrituras nos revelan que debemos ser reunidos.
Lo que quiero decir es que, la casa de Judá y la casa de José, (que representan los dos reinos que surgieron de la división de Israel, después de la muerte del rey Salomón) deben establecerse y unirse como nos revela Ezequiel 37.
Miremos:
Yehezqel (Ezequiel) 37:15-17
15 Vino a mí palabra de Yahweh, diciendo:
16 Hijo de hombre, toma ahora un palo, y escribe en él: Para Judá, y para los hijos de Israel sus compañeros. Toma después otro palo, y escribe en él: Para José, palo de Efraím [cristianos], y para toda la casa de Israel sus compañeros.
17 Júntalos luego el uno con el otro, para que sean uno solo, y serán uno solo en tu mano.
En la actualidad, algunos (erróneamente) piensan que Judá (o los judíos) representan a todo Israel, no reconociendo que Judá representa solo uno de estos dos palos. Y necesitamos ver que esta profecía aún no se ha cumplido.
Podemos ver que la casa de Judá, aun cuando no están obedeciendo correctamente la Torá, tienen claro que necesitan establecerse como nación. Pero la casa de José (en su gran mayoría) no solo, no guardan la Torá, sino que tampoco entienden que es necesario establecerse como una nación, para que luego puedan unirse los dos palos.
Muchos no entienden que el rechazo de Yahweh a Judá fue provisional como castigo por sus transgresiones, al igual que sucedió con la casa de José. Pero debemos entender el llamado a formar una nación, para poder llegar a la restauración completa de Israel.
Y muchos, pueden considerar que esto no es posible en nuestros días, porque no sabemos quienes son los descendientes de la casa de José, pero debemos recordar que más que la sangre, lo que importa es que seamos injertados por medio de la fe.
Y en Ezequiel 37, Yahweh dio otra profecía, comparando a los descendientes dispersos de Israel (en especial la casa de José) como huesos secos, simbolizando que no conocen su identidad.
Yehezqel (Ezequiel) 37:5-6
5 Así ha dicho Yahweh el Adón a estos huesos: He aquí, Yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis.
6 Y pondré tendones sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros carne, y os cubriré de piel, y pondré en vosotros espíritu, y viviréis; y sabréis que Yo soy Yahweh.
Con relación a esta profecía hay muchos que comienzan a despertar entendiendo su identidad Israelita y reconociendo que la Torá sigue vigente; lamentablemente la gran mayoría sigue sin entender que somos llamados a formar el palo de José, para ser reunidos con nuestros hermanos de Judá.
Y es que, si bien no podemos hacer esto por nuestra propia fuerza, debemos tener la confianza en que el Espíritu de Yahweh nos guiará en el proceso como lo ha hecho en el pasado.
No me canso de repetir que, todos los redimidos por la sangre del Mesías formamos parte de Su cuerpo, y Yeshúa enseñó que debemos ser uno con Él, por lo tanto, Yeshúa quiere gobernar por medio de nosotros.
Y esto podemos entenderlo mejor al leer 1º a los corintios 6, que nos dice lo siguiente:
Corintim Alef (1 Corintios) 6:1-3
1 ¿Osa alguno de ustedes, cuando tiene algo contra otro, ir a juicio delante de los injustos, y no delante de los apartados [santos]?
2 ¿O no saben que los apartados [santos] han de juzgar al mundo? Y si el mundo ha de ser juzgado por ustedes, ¿serán ustedes indignos de juzgar cosas muy pequeñas?
3 ¿O no saben que hemos de juzgar a los ángeles? ¿Cuánto más las cosas de esta vida?
Y es que el llamado no es únicamente a reunirnos para estudiar las Escrituras, aunque esto es algo muy bueno y fundamental; sino que somos llamados a organizarnos en diferentes aspectos para establecer justicio entre todos los apartados.
Y podemos ver esto reflejado en el mensaje de Hechos 6 que nos dice así:
Maasei (Hechos) 6:2-4
2 Entonces los doce convocaron a la multitud de los discípulos, y dijeron: No es justo que nosotros dejemos la palabra de Elohim, para servir a las mesas.
3 Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Apartado y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo.
4 Y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra.
Es sumamente importante que dejemos el engaño que nos han enseñado: basado en una gracia barata, donde basta con pensar que Yeshúa murió por nosotros y querer vivir una vida moralmente correcta.
La verdadera fe, se demuestra en el amor a Yahweh, amando todo lo que el ama. Y Yahweh ama a Israel, un pueblo con una cultura y una identidad la cual debemos adoptar y ser injertados, y también trabajar para que Israel sea una verdadera nación que cumpla los preceptos y estatutos dados por Yahweh.
Los tiempos son cada vez más complicados, y el enemigo no descansa en hacer guerra contra los escogidos, y debemos ser conscientes que el amor de Yahweh no nos exime de formar parte la guerra que las tinieblas están realizando en el mundo.
La fe verdadera es práctica, y somos conscientes que no es por nuestra fuerza que Israel será restaurado completamente, pero debemos entender que tenemos responsabilidad en hacer nuestra parte para que Yahweh traiga la restauración por medio de la obediencia.
Esto es lo que Israel Nazareno predica y promueve, llamando a los escogidos a prepararnos para vivir en comunión como un pueblo de verdad.
Shabat Shalom.
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Recuerda La mies es mucha y los obreros pocos, apóyanos.
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