¡Como Establecer Su Reino!
Corintim Alef (1 Corintios) 1:10
10 Les ruego, pues, hermanos, en el nombre de Yeshúa nuestro Mesías, que hablen todos una misma cosa, y que no haya entre ustedes divisiones, sino que estén perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer.
¿Cuántas veces has escuchado decir cosas como las siguientes?
- No todos tenemos el mismo llamado.
- No todos somos llamados a servir de la misma manera.
- En el cuerpo del Mesías hay diferentes roles.
Y muchas otras frases parecidas.
Y, si bien es cierto que, no todos tenemos los mismos dones o los mismos llamados; (en la mayoría de los casos) las personas usan estos mensajes para apoyar la idea de que el Cuerpo del Mesías puede estar dividido.
En otras palabras, las frases anteriores son usadas con el siguiente pensamiento:
Cada uno puede servir a Elohim de la manera que le parezca mejor.
Un mensaje que es completamente contrario a las Escrituras, como vimos en el verso que leímos antes.
Y con esto en mente, comencemos nuestro estudio.
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Shabat Shalom y bienvenidos.
Estimados hermanos, en esta presentación tengo la oportunidad de presentarles un estudio de la porción de la Torá que, es conocida como Parashá Shelaj que es una palabra comúnmente traducida como enviar.
Y el motivo de este nombre lo encontramos en el segundo verso de está porción que nos dice lo siguiente:
Bamidbar (Números) 13:1-2
1 Y Yahweh habló a Moshé, diciendo:
2 Envía tú, hombres que reconozcan la tierra de Canaán, la cual Yo doy a los hijos de Israel; de cada tribu de sus padres enviarás un varón, cada uno príncipe entre ellos.
Como podemos ver (al comienzo del pasaje), Yahweh determinó que, Moshé escogiera a doce varones, (uno de cada tribu), para ir a la tierra de Canaán; y el propósito de esto es que, fueran a reconocerla o (dicho de otra manera) que fueran a inspeccionar o a espiar la tierra y sus moradores, como vamos a comprobar a continuación.
Y para eso, vamos a leer del verso 17 al 20, del capítulo 13.
Bamidbar (Números) 13:17-20
17 Los envió, pues, Moshé a reconocer la tierra de Canaán, diciéndoles: Subid de aquí al Neguev, y subid al monte,
18 y observad la tierra cómo es, y el pueblo que la habita, si es fuerte o débil, si poco o numeroso;
19 cómo es la tierra habitada, si es buena o mala; y cómo son las ciudades habitadas, si son campamentos o plazas fortificadas;
20 y cómo es el terreno, si es fértil o estéril, si en él hay árboles o no; y esforzaos, y tomad del fruto del país. Y era el tiempo de las primeras uvas.
Como podemos notar (por medio del texto) la intención era que, Israel pudiera saber cómo era la tierra donde Yahweh quería que habitasen.
Y el texto nos dice que, los doce varones fueron a reconocer la tierra durante cuarenta días; y al regresar, le contaron a Moshé y a toda la congregación que, ciertamente aquella tierra era muy productiva, inclusive habían tomado frutos que eran realmente sorprendentes.
Sin embargo, como los espías sabían que, la intención de Yahweh era que, Israel conquistara la tierra de Canaán, (haciendo guerra contra los cananeos); comenzaron a murmurar diciendo lo siguiente:
Bamidbar (Números) 13:32-33
32 … La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra que traga a sus moradores; y todo el pueblo que vimos en medio de ella son hombres de grande estatura.
33 También vimos allí gigantes, hijos de Anac, raza de los gigantes, y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos a ellos.
Si nos imaginamos estando en la misma situación en la que se encontraban estos espías, es fácil entender lo que podrían estar sintiendo.
Aun así, podemos darnos cuenta de que, la razón para que estuvieran tan asustados, era porque estaban poniendo su principal atención en el enemigo, olvidando todo lo que Yahweh había hecho por ellos; y lo que les había ordenado y enseñado por medio de Moshé.
Y, lo que más quiero destacar con esto es que, Yahweh desea que participemos en Sus planes; es decir, Él quiere darse a conocer al mundo a través de un pueblo que lo adore; no solo con palabras, sino también con acciones de obediencia.
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En las Escrituras vemos muchos ejemplos de que, las quejas que hacen las personas sobre su situación, (independientemente de cuál sea) es pecado, porque no están reconociendo el poder de Yahweh sobre todas las cosas.
Cuando enfrentamos dificultades, miedos o dudas, debemos clamar a Yahweh, pidiéndole que mejore nuestra situación y, al mismo tiempo, que nos conceda el valor para aceptar Su voluntad, sea cual sea.
Y es que, pensando en que Yahweh, quería que el pueblo de Israel luchara contra un pueblo más fuerte, la pregunta que cualquiera puede hacerse es:
¿Será que Yahweh no podría destruir a los habitantes de Canaán, Él mismo?
Obviamente que sí.
Pero, entonces ¿por qué no lo hizo? ¿Acaso pensó que Israel podría conquistar la tierra por su cuenta?
Obviamente no.
Pero entonces, ¿Por qué Yahweh quería que, doce hombres fueran a reconocer la tierra de Canaán con el propósito de conquistarla después?
La respuesta, tal vez no sea tan obvia, pero es muy simple. Yahweh quiere que, participemos en Su plan para conquistar la tierra.
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Muchos dicen que, solo Yeshúa puede restaurar a la humanidad, y estamos de acuerdo; sin embargo, ¿no dice la Escritura que, todo aquel que pertenece al pueblo redimido, forma parte del Cuerpo de Yeshúa? Como podemos comprobar en 1ª a los corintios 12
Corintim Alef (1 Corintios) 12:27
27 Vosotros, pues, sois el cuerpo del Mesías, y miembros en parte.
Y si somos miembros de Su Cuerpo. ¿Será que no puede comenzar a restaurar a la humanidad por medio de Su Cuerpo, que somos todos los discípulos?
Las Escrituras nos muestran diversos ejemplos, donde Yahweh no llevó a cabo lo que había dicho, a causa de la desobediencia del pueblo.
Justamente porque parte de Su plan, es conquistar a la humanidad a través del Cuerpo de Su hijo, el cual está conformado por verdaderos Israelitas en la fe.
Y en esta parashá, podemos ver cómo uno de los planes de Yahweh, fue aplazado debido a la desobediencia de la mayoría del pueblo.
Y lo que debemos entender (bien) es que, lo ocurrido, no es porque Yahweh no pueda destruir a los enemigos de Israel directamente, sino porque Él quiere hacerlo por medio de Su pueblo.
Y esto es algo que, lo vemos en la conquista de Canaán; así como en el evangelio, donde Yeshúa mismo dijo que, podía pedir millares de Ángeles para hacer guerra contra aquellos que lo apresaban.
Como comprobamos en Matityahu 26
Matityahu (Mateo) 26:53-54
53 ¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a Mi Padre, y que Él no Me daría más de doce legiones de ángeles?
54 ¿Pero cómo entonces se cumplirían las Escrituras, de que es necesario que así se haga?
Lo que nos revela que Yahweh, aun teniendo poder para hacer las cosas Él solo; Él quiere hacerlas por medio de Su hijo o (dicho de otra manera) por medio del Cuerpo del Mesías.
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Lo que necesitamos reconocer es la diferencia entre ser “liberados de la esclavitud” y “conquistar la tierra prometida”.
Para librar a Israel de la esclavitud, Yahweh hizo guerra contra Egipto, sin que el pueblo de Israel tuviera que participar de esa guerra; es decir, todo dependía de Yahweh.
Al igual que, el milagro del nuevo nacimiento (en el espíritu) que Yeshúa mencionó en Yojanán 3
Yojanán (Juan) 3:5
5 … De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua (bautizo) y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Elohim.
Esto es algo que, para muchos está muy claro; Solo podemos nacer de nuevo (en el espíritu) por voluntad de Yahweh; es decir, no podemos renacer espiritualmente por nuestros medios. Es una obra completamente hecha por el espíritu de Yahweh.
Sin embargo, la conquista de Canaán nos revela una situación diferente; Igualmente, Yahweh es quien da la victoria, y Él se merece toda la gloria por ello. Sin embargo, en este caso, el pueblo está llamado a participar; y si no obedece el llamado “a luchar y conquistar”, no podrá entrar en la tierra prometida.
Y esto lo comprobamos en el capítulo 14, versos 11 y 12
Bamidbar (Números) 14:11-12
11 Y Yahweh dijo a Moshé: ¿Hasta cuándo me ha de irritar este pueblo? ¿Hasta cuándo no me creerán, con todas las señales que he hecho en medio de ellos
12 Yo los heriré de mortandad y los destruiré [a Israel] …
También es importante notar que, el llamado a luchar para conquistar la tierra prometida es, para el pueblo en su conjunto y no para unos pocos.
Puede que, en algunas circunstancias nos veamos obligados a estar separados del resto de la congregación, tal vez por necesidad o por alguna prueba. Pero el propósito (en general) es que vivamos como una familia. Y, por lo tanto, no debemos pretender que podemos cumplir la voluntad de Yahweh por nuestra cuenta.
Aun teniendo toda la determinación posible, hay cosas que solo podemos hacer como pueblo y no individualmente, como en el caso de la conquista de la tierra.
Y podemos comprobarlo, con el ejemplo de Josué que, le dijo al pueblo lo siguiente:
Bamidbar (Números) 14:8-9
8 Si Yahweh se agradare de nosotros, Él nos llevará a esta tierra, y nos la entregará; tierra que fluye leche y miel.
9 Por tanto, no seáis rebeldes contra Yahweh, ni temáis al pueblo de esta tierra; porque nosotros los consumiremos como pan; su amparo se ha apartado de ellos, y con nosotros está Yahweh; no los temáis.
Con este pasaje vemos que Josué tenía plena confianza en Yahweh, y tenía la determinación de obedecer a Yahweh y conquistar la tierra junto al resto del pueblo, no porque tuvieran las fuerzas para hacerlo, sino porque entendía que Yahweh les daría la victoria.
Pero como vimos antes, la mayoría del pueblo no quiso obedecer por falta de fe.
Esto nos revela que, Yahweh no da la conquista a unos pocos de forma independiente, como muchos pretenden en los días de hoy; y mucho menos para cumplir sus propios deseos; pero tampoco a una mayoría que, pueda estar unida, pero haciendo sus propios planes.
Yahweh quiere que, Su pueblo sea coparticipe de la conquista de la tierra, por medio de la unidad y la obediencia a Él, porque la gloria solo le pertenece a Él.
Y otro ejemplo de desobediencia que, podemos encontrar es que, el pueblo decidió hacer guerra contra los cananeos en el momento que, Yahweh había decidido no respaldarlos, mostrando una vez más que, Yahweh valora más la obediencia que la valentía, porque en el obediencia es que se manifiesta Su gloria.
Vamos a comprobarlo:
Bamidbar (Números) 14:40-42
40 Y se levantaron por la mañana y subieron a la cumbre del monte, diciendo: Henos aquí para subir al lugar del cual ha hablado Yahweh; porque hemos pecado.
41 Y dijo Moshé: ¿Por qué quebrantáis el mandamiento de Yahweh? Esto tampoco os saldrá bien.
42 No subáis, porque Yahweh no está en medio de vosotros, no seáis heridos delante de vuestros enemigos.
Cuantas veces podemos caer en el error de pensar que, podemos obedecer a Yahweh solo cuando nos conviene, o cuando no vemos otra salida.
En las Escrituras tenemos diversos ejemplos de la importancia de hacer las cosas que Yahweh quiere a Su manera y en Sus tiempos, siendo una característica fundamental, la unidad del pueblo.
Sabemos que nuestra lucha no es contra sangre ni carne, sino que es una guerra espiritual; sin embargo, esto no significa que no tengamos que trabajar unidos en nuestro mundo material (como un solo cuerpo) para frenar los ataques del enemigo.
Porque aun cuando, no tenemos una guerra física, necesitamos estar organizados físicamente, porque los ataques espirituales se manifiestan en la carne, a través de gobiernos o de organizaciones que promueven una vida contraria a las Escrituras.
Y el llamado es a conquistar la tierra, no con armas terrenales.
Corintim Bet (2 Corintios) 10:4-5
4 Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Elohim para la destrucción de fortalezas,
5 derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Elohim, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia al Mesías.
Aun así, tenemos el ejemplo de Josué, quien, aunque no pudo entrar en la tierra prometida (en ese momento), pudo hacerlo cuarenta años después; siendo el tiempo que Yahweh determinó para que Israel pudiera entrar a la tierra prometida, después de que todos los incrédulos (que murmuraron) murieran en el desierto.
Como nos dice el verso 34
Bamidbar (Números) 14:34
34 Conforme al número de los días, de los cuarenta días en que reconocisteis la tierra, llevaréis vuestras iniquidades cuarenta años, un año por cada día; y conoceréis Mi castigo.
Con esto, vemos un patrón que se repite en las Escrituras relacionado con el número 40.
Por ejemplo, Moshé vivió como príncipe de Egipto durante cuarenta años; luego cuarenta años como pastor de ovejas (después de escapar de Egipto, solo); y otros cuarenta años como líder de Israel en la travesía por el desierto.
Y entre otros ejemplos, tenemos los cuarenta días y cuarenta noches que Yeshúa ayunó en el desierto.
Y aún, después de estos cuarenta años que, Yahweh mantuvo a Israel en el desierto (a causa de la murmuración y de la queja del pueblo), Josué mantuvo su confianza en Yahweh; y al final (por medio del liderazgo de Josué), Israel pudo conquistar la tierra.
Así como Yahweh se lo prometió
Yejoshúa (Josué) 6:2
2 Mas Yahweh dijo a Josué: Mira, Yo he entregado en tu mano a Jericó y a su rey, con sus varones de guerra.
Yejoshúa (Josué) 6:20
20 Entonces el pueblo gritó, y los sacerdotes tocaron las bocinas; y aconteció que cuando el pueblo hubo oído el sonido de la bocina, gritó con gran vocerío, y el muro se derrumbó. El pueblo subió luego a la ciudad, cada uno derecho hacia adelante, y la tomaron.
Con todo lo mencionado anteriormente, podemos notar un gran parecido, entre la actitud del pueblo de Israel, (la primera vez que Yahweh les ordenó conquistar la tierra) y muchos de los creyentes en nuestros días.
Podemos notar, como muchos se quejan de su situación, enfocándose (principalmente) en los problemas que nos ocasionan nuestros enemigos, que son más poderosos que nosotros.
Muchos dicen o piensan que, aquellos que promueven prácticas o costumbres que, están en contra de la palabra de nuestro Elohim, son demasiado poderosos o influyentes.
Esto es similar a los gigantes mencionados anteriormente en Bamidbar 13:33
Bamidbar (Números) 13:33
33 También vimos allí gigantes, hijos de Anac …
Esto, es un mal hábito en el que, podemos caer muchas veces sin darnos cuenta.
El enfocarnos más, en criticar a los políticos y personas con poder, antes de enfocarnos en lo que Yahweh puede hacer por medio de nosotros. Cuando muchos están esperando a que, Yeshúa regrese para resolverlo todo, y mientras tanto solo quieren disfrutar de “su fe” antes de practicar la misma fe que Yeshúa y Sus apóstoles tuvieron (en el primer siglo) y al mismo tiempo se quejan de lo mal que está el mundo.
¿No es acaso esto, similar a la actitud del pueblo que, en vez de tomar acción, se excusaba en lo poderosos que eran sus enemigos, y se quejaban de su debilidad, antes de reconocer que Yahweh respaldaría aquello que les había ordenado?
Pues las Escrituras nos ordenan a vivir como un pueblo santo; es decir, apartado; trabajando juntos, como una nación, compuesta de apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros, (entre otras funciones con diversos dones) para la obra del ministerio y la edificación del cuerpo del Mesías
Efesim (Efesios) 4:12
12 .. para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo del Mesías.
Hermanos; sabemos que Yahweh no hace acepción de personas, y que todos somos iguales delante de Él; pero también necesitamos entender que Yahweh es un Elohim de orden.
En el Cuerpo de Yeshúa, hay diferentes miembros y diferentes roles; y todos ellos deben estar unidos para la edificación de todo el cuerpo (como vimos en el verso anterior).
Además, Efesios 5 nos dice:
Efesim (Efesios) 5:21
21 Someteos unos a otros en el temor de Elohim.
Y esto debe ser, de una manera organizada; primero sometiéndonos a Yahweh y luego los unos a los otros.
Y así, como Yahweh ordenó a Moshé, enviar a doce espías, Yeshúa también envió a doce discípulos conforme nos dice Matityahu 10
Matityahu (Mateo) 10:1
1 Entonces llamando a Sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos, para que los echasen fuera, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia.
Muchas personas creen que los únicos apóstoles fueron los doce que Yeshúa nombró, y luego solo hubo una sustitución por Judas (que traicionó al Mesías); sin embargo, las Escrituras mencionan la existencia de más apóstoles, entre los que se encuentra Pablo, que no fue incluido en los doce.
Además, si el propósito de la existencia de los apóstoles y profetas es la edificación del Cuerpo del Mesías; cómo podríamos pensar que ya no son necesarios, si estamos muy lejos de tener un Cuerpo unido de verdad, aplicando las leyes del Padre correctamente.
En Hechos 2 vemos que todos tenían una comunión (no solo espiritual) sino también material.
Maasei (Hechos) 2:44-45
44 Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas;
45 y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno.
Si el Reino de los Cielos está entre nosotros, cómo nos revela Matityahu 10:7, por qué no entendemos que necesitamos estar realmente unidos bajo el reinado de Yeshúa; tomando el concejo que Él mismo dejó:
Matityahu (Mateo) 12:25
25 … Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma, no permanecerá.
Hermanos; en nuestros tiempos podemos notar como Yahweh está trayendo revelación de Su palabra a muchas personas.
Pero lamentablemente muchos no quieren recibir el mensaje puro, sino que, prefieren recibir un mensaje adulterado, donde se enseña que solo deben creer; cambiando algunas cosas en sus vidas, sin enseñar el propósito completo de vivir según la misma fe de Yeshúa y Sus apóstoles.
Sirviendo y sometiéndonos unos a otros, obedeciendo las Leyes de Yahweh y trabajando o apoyando la edificación de todo el Cuerpo.
Y es que, si formamos parte del Cuerpo, pero no estamos sirviendo o colaborando en la edificación, somos como parásitos o como células cancerígenas que, en vez de buscar retroalimentar el Cuerpo, solo buscan su propio beneficio.
No olviden nunca lo que nuestro Mesías dijo en Matityahu 7:19
Matityahu (Mateo) 7:19
19 Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego.
Shabat Shalom
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Recuerda La mies es mucha y los obreros pocos, apóyanos.
Parashá Infatil aquí