Estableciendo Lugares Santos
Hitgalut (Apocalipsis) 22:11-14
11 El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía.
12 He aquí Yo [Yahweh] vengo pronto, y el salario conmigo, para pagar a cada uno según sea su obra.
13 Yo Soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin, el Primero y el Último.
14 Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad.
Como vemos en este pasaje, el libro de apocalipsis nos dice que Yahweh pagará a cada uno según sus obras, lo que para muchos puede entrar en conflicto con el mensaje del evangelio que nos dice que la salvación es por gracia, y no es algo que podamos comprar o ganarnos, pero en realidad no tiene conflicto cuando es visto desde la perspectiva correcta.
Lo que necesitamos entender es que la salvación (que es por gracia por medio de la fe) nos revela que la verdadera fe se demuestra por medio de nuestras obras, y no es que las obras nos sirvan de méritos para ser salvos, pero por medio de las obras podemos comprobar si nuestra fe es verdadera, o solamente una ilusión de nuestra mente o nuestros pensamientos.
Y entre las cosas que debemos hacer (además de predicar el evangelio correctamente) es obedecer. Entre lo que se nos ordena que nos santifiquemos, que es lo mismo que decir, que nos apartemos, y es en esto que vamos a enfocar este estudio.
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Shabat Shalom y bienvenidos a esta nueva presentación donde haremos un estudio tomando como referencia una porción de la Escritura que se encuentra en Shemot 35:1-40:38. Esta porción está compuesta por dos parashiot que son conocidas como Parashá Vayajel y Parashá Pekudei.
Estos nombres se pueden traducir como “convocar” y como “registros o cuentas”, lo que nos da un panorama de lo que encontramos en esta porción, donde se dice que Yahweh ordenó a Moshé convocar al pueblo para llevar a cabo la construcción del Tabernáculo; y por otra parte se nos menciona las cuentas y registros de lo que fue usado para la obra.
Al inicio de esta porción (antes de hacer referencia al Tabernáculo), se nos recuerda una vez más la importancia de guardar el Shabat.
Shemot (Éxodo) 35:1-2
1 Moshé convocó a toda la congregación de los hijos de Israel y les dijo: Estas son las cosas que Yahweh ha mandado que sean hechas:
2 Seis días se trabajará, pero el día séptimo os será santo, día de reposo para Yahweh; cualquiera que en él hiciere trabajo alguno, morirá.
El mandamiento de guardar Shabat es mencionado en muchas lugares de las Escrituras, porque יהוה sabe cómo el hombre tiene la tendencia de poner escusas para desobedecer este mandato.
Estas escusas (inclusive) vienen de usar argumentos bíblicos fuera de contexto. Donde las personas creen que el apóstol Shaúl enseñó en contra de guardar el Shabat, lo que “no” es cierto, pero, aunque lo fuera.
¿Como podemos darle, más importancia a las enseñanzas de Shaúl, que a las ordenes específicas de nuestro Creador, siendo además que las palabras de Shaúl están cargadas de complejidad?
Recuerda:
Yeshayahu (Isaías) 40:8
8 La hierba se seca, y la flor se marchita; pero la palabra de nuestro Elohim permanece para siempre.
Volviendo a la parashá, podemos comprobar la orden que, Yahweh le dio al pueblo por medio de Moshé.
Shemot (Éxodo) 35:4-9
4 Y habló Moshé a toda la congregación de los hijos de Israel, diciendo: Esto es lo que Yahweh ha mandado:
5 Tomad de entre vosotros ofrenda para Yahweh; todo generoso de corazón la traerá a Yahweh; oro, plata, bronce,
6 azul, púrpura, carmesí, lino fino, pelo de cabras,
7 pieles de carneros teñidas de rojo, pieles de tejones, madera de acacia,
8 aceite para el alumbrado, especias para el aceite de la unción y para el incienso aromático,
9 y piedras de ónice y piedras de engaste para el efod y para el pectoral.
Con este pasaje podemos notar que lo que Yahweh pide al pueblo para la construcción del Tabernáculo “no” es poca cosa. Yahweh creó todas las cosas, y por lo tanto es dueño de todo, y como tal, se merece todo lo mejor de nuestra parte. Esto es algo que muchos saben, o por lo menos deberían saber, pero con el pretexto de colocar esto en un plano únicamente espiritual, las personas pretenden engañarse a sí mismos, pensando que Yahweh no quiere nada material, y que solo quiere nuestro corazón.
Pero la pregunta que debemos hacernos es: ¿Cómo está realmente nuestro corazón sino queremos devolverle a Yahweh “parte” de lo que nos ha dado, cuando Él lo pide?
Realmente podemos poner todas las escusas que queramos, y decir o pensar que tenemos buenas intenciones, pero sino estamos dispuestos a darle al Padre parte de nuestro tiempo y recursos cuando Él nos bendice, entonces nuestras intenciones son una mera ilusión.
La verdadera intención se demuestra con las decisiones que tomamos; y tenemos ejemplo de esto en Shemot 36:
Shemot (Éxodo) 36:3-5
3 Y tomaron de delante de Moshé toda la ofrenda que los hijos de Israel habían traído para la obra del servicio del santuario, a fin de hacerla. Y ellos seguían trayéndole ofrenda voluntaria cada mañana.
4 Tanto, que vinieron todos los maestros que hacían toda la obra del santuario, cada uno de la obra que hacía,
5 y hablaron a Moshé, diciendo: El pueblo trae mucho más de lo que se necesita para la obra que Yahweh ha mandado que se haga.
El pasaje nos revela que la ofrenda era mucho mayor de lo necesario, al punto de que Moshé ordenó al pueblo que dejaran de traer ofrendas.
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Entendemos que muchas personas han sido decepcionadas; (muchas veces) porque han existido hombres que han usado la religión para enriquecerse.
Y por eso es sumamente importante buscar la orientación de Yahweh para saber cómo usar nuestros dones y minas para Su reino.
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En nuestros días, el uso de los dones y minas puede entenderse como, el uso de nuestras habilidades y recursos.
Y esto puede hacerse colaborando en las diferentes áreas de la comunidad, como por ejemplo el ministerio infantil entre otros, que en Israel Nazareno es promovido a través de nuestra página web enfocada a los niños. Beisefer.org
El mensaje no es: “diezma para que seas bendecido”, porque eso es un pensamiento egoísta basado en el falso evangelio de la prosperidad. El mensaje es: “Sé agradecido, con lo que Yahweh te ha bendecido”.
Y lo más importante es entender que no puedes comprar el favor de Yahweh, por lo que, si nuestra intención no está basada en agradecer a Yahweh (en cualquier caso), tanto si contribuyes como si no, tus intenciones no son buenas.
También es muy importante entender que Yahweh quiere lo mejor de nosotros, esto significa nuestro tiempo y recursos.
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Hay personas que no tienen muchos recursos, pero todos tenemos tiempo (si realmente lo queremos), y en mayor o menor grado, todos tenemos habilidades, y Yahweh quiere que las usemos para servir en comunión y santidad.
Muchas personas piensan que el servicio a Yahweh se trata únicamente en predicar y en reunirse para adorar, y una parte de estas personas piensan que es necesario contribuir económicamente.
Pero Yahweh nos está pidiendo algo más, Él nos está llamando a formar una familia y a vivir en santidad.
Por lo que es importante que podamos establecer lugares santos, es decir, lugares apartados para poder tener verdaderamente una vida santa, tanto espiritual, como literalmente.
Y el interés de Yahweh en que tengamos lugares santos podemos verlo reflejado en las Escrituras, y tenemos como ejemplo la construcción del tabernáculo que encontramos en Shemot 35
Shemot (Éxodo) 35:4
4 Y habló Moshé a toda la congregación de los hijos de Israel, diciendo: Esto es lo que Yahweh ha mandado:Shemot (Éxodo) 35:10-11
10 Todo sabio de corazón de entre vosotros vendrá y hará todas las cosas que Yahweh ha mandado
11 el tabernáculo, su tienda, su cubierta, sus corchetes, sus tablas, sus barras, sus columnas y sus basas.
El pasaje continua mencionado el resto de los elementos que serían necesarios para el Tabernáculo.
Y el Tabernáculo sabemos que era un Templo, con la característica que podía ser transportado; Pero lo más importante es que el Tabernáculo (o Templo) simboliza la necesidad de tener un lugar Santo (que es lo mismo que decir, “un lugar apartado”) para tener comunión con Yahweh.
Y sabemos que esto sucedió en el desierto, cuando las personas aun no tenían un lugar fijo donde vivir, lo que de cierta manera refleja nuestra situación, porque, aunque en nuestros días la mayoría de nosotros tiene un lugar fijo para vivir, realmente no estamos reunidos como un pueblo, lo que hace que nosotros seamos como peregrinos, con la necesidad de buscar un lugar donde verdaderamente podamos establecernos y tener una vida santa, espiritual y literalmente.
Pero si pensamos que nuestra situación es diferente porque tenemos un lugar fijo donde vivir, podemos ver un patrón similar de como se hizo el templo, cuando el pueblo de Israel ya tenía un lugar fijo en la tierra prometida.
Para esto vamos a ver el ejemplo de David, que es un personaje que muchos admiran.
Divre HaYamim Alef (1 Crónicas) 29:1-3
1 Después dijo el rey David a toda la asamblea: Solamente a Salomón mi hijo ha elegido Elohim; él es joven y tierno de edad, y la obra grande; porque la casa no es para hombre, sino para Yahweh Elohim.
2 Yo con todas mis fuerzas he preparado para la casa de mi Elohim, oro para las cosas de oro, plata para las cosas de plata, bronce para las de bronce… [entre otros]
3 Además de esto, por cuanto tengo mi afecto en la casa de mi Elohim, yo guardo en mi tesoro particular oro y plata que, además de todas las cosas que he preparado para la casa del santuario, he dado para la casa de mi Elohim.
Como mencioné antes, muchos admiran a David, por demostrar que amaba a Yahweh por medio de su valentía y sus alabanzas. Sin embargo, con relación a su servicio y dedicación, las personas no lo toman tanto en cuenta. Pero podemos ver que David no fue el único que tenía gran disposición en la construcción del Templo.
Cuando continuamos con el pasaje podemos notar que un gran número de personas ofrecieron voluntariamente para la construcción del Templo.
Divre HaYamim Alef (1 Crónicas) 29:6-9
6 Entonces los jefes de familia, y los príncipes de las tribus de Israel, jefes de millares y de centenas, con los administradores de la hacienda del rey, ofrecieron voluntariamente.
7 Y dieron para el servicio de la casa de Elohim cinco mil talentos y diez mil dracmas de oro, diez mil talentos de plata, dieciocho mil talentos de bronce, y cinco mil talentos de hierro.
8 Y todo el que tenía piedras preciosas las dio para el tesoro de la casa de Yahweh, en mano de Jehiel gersonita.
9 Y se alegró el pueblo por haber contribuido voluntariamente; porque de todo corazón ofrecieron a Yahweh voluntariamente.
Y cabe resaltar (entre otras cosas de las mencionadas por David), lo que dijo en el verso 14
Divre HaYamim Alef (1 Crónicas) 29:14
14 Porque ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que pudiésemos ofrecer voluntariamente cosas semejantes? Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos.
David fue un gran ejemplo de amar a Yahweh con todo su corazón, con todo su alma y todas sus fuerzas.
A diferencia de muchos en la actualidad que dicen amar a Yahweh, pero son desobedientes a Sus mandamientos, y son como el pueblo descrito en Yeshayahu 29.
Yeshayahu (Isaías) 29:13
13 Dice, pues, Yahweh: Porque este pueblo se acerca a Mí con su boca, y con sus labios Me honra, pero su corazón está lejos de Mí, y su temor de Mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado.
Cuando pienso en las enseñanzas de nuestro Mesías Yeshúa dada a los apóstoles en el primer siglo, recuerdo que estaban orientadas principalmente a enseñar la importancia que tiene lo que hay en nuestro corazón, (sea en nuestros pensamientos o nuestras emociones).
Por ejemplo, Yeshúa comparó el asesinato, con el enojarse contra un hermano.
Y esto se entiende mejor, cuando reconocemos que la raíz de todo pecado está en el orgullo de cada uno.
Yeshúa también dijo que no es lo que entra en la boca lo que contamina al hombre, sino lo que sale de ella, porque del corazón procede.
Matityahu (Mateo) 15:19
19 Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias.
Muchos piensan que con esto Yeshúa estaba anulando el mandamiento de no comer algunos animales, pero Yeshúa dijo que Él no vino para anular la Ley.
Por lo que debemos entender el contexto de este pasaje; que lo vemos en Matityahu 15:2
Matityahu (Mateo) 15:2
2 ¿Por qué Tus discípulos quebrantan la tradición de los ancianos? ¿Por qué no se lavan las manos cuando comen pan?
Aquí podemos ver que las palabras de Yeshúa, estaban haciendo alusión a que los fariseos tenían el corazón sucio, (aunque se lavaran las manos), y de ninguna manera estaba enseñando que podemos comer cualquier cosa.
Y es que, no creo que nadie piense que, podemos comer cualquier cosa venenosa, porque Yeshúa haya dicho que no importa lo que entre por nuestra boca.
Lo que nos ayuda a entender que el mensaje del Mesías no estaba enfocado en la manera de alimentarnos, sino en los rituales que eran mandamientos de hombre, y no mandamientos de Yahweh.
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Lo que debemos entender es que muchas personas en la antigüedad podrían pensar que el pecado solo se limitaba a las acciones, y no a las intenciones o deseos.
Y necesitaban entender la importancia de los dos cosas, y que las acciones eran principalmente consecuencia de nuestros deseos.
Y esto lo vemos más claro cuando leemos lo que escribió el apóstol Yaacob
Yaacob (Santiago) 1:13-15
13 Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Elohim; porque Elohim no puede ser tentado por el mal, ni Él tienta a nadie;
14 sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido.
15 Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.
Tengamos en cuenta que el apóstol Yaacob también dijo que la fe sin obras está muerta, por lo que, aun cuando las obras no nos salvan, nos revelan si tenemos una verdadera fe.
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Entiendo que es muy importante insistir en la necesidad de obedecer a Yahweh, y en este caso en particular, el enfoque es la santidad. Actualmente el pueblo de Yahweh se encuentra disperso por el mundo, y muchos están viviendo en desobediencia a las Escrituras adoptando tradiciones que ni siquiera saben que tienen un origen pagano.
Algunos están reconociendo que debemos obedecer íntegramente las Escrituras, pero piensan que pueden hacerlo sin distanciarse de sus amistades y familiares que rechazan la obediencia a las Escrituras.
Sabemos que necesitamos ser luz para las naciones y predicar a tiempo y fuera de tiempo. Pero esto “no” significa que debamos tener comunión con el mundo, (lo que incluye a familiares y amigos).
Tampoco se trata de cortar la comunicación con las personas que conocemos, pero sí de distanciarnos y establecer lugares santos.
Básicamente estableciendo comunidades santas. Y si te preguntas como podríamos hacer esto, puedes ver en nuestra web el estudio llamado “Comunidades Apartadas”
Cuando hablamos de santidad, hay muchas personas que creen que se trata de un estado perfecto de pureza, y algunos inclusive creen que es una condición después de la muerte, pero esto está bastante lejos de su verdadero significado.
En el pensamiento hebreo ser santo significa ser apartado con un propósito, teniendo una connotación de pureza (en contraste con la idolatría), pero no significa ser perfectos. Y contrario al pensamiento que algunos pueden tener de que es una condición de la mente o de las intenciones, ser santo implica actividad, es decir, hacer lo que Yahweh ordena (en contraste de lo que el mundo hace).
Y el apóstol Kefa nos lo revela en la primera de sus cartas:
Kefa Alef (1 Pedro) 1:14-16
14 como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia;
15 sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir;
16 porque escrito está: Sed santos, porque Yo soy santo.
La razón por la que Yahweh nos llama a la santidad, es porque quiere un pueblo dedicado a Él, haciendo lo que Él ordena en Su palabra (en Sus mandamientos, estatutos, y preceptos) que se encuentran en la Torá. Es decir, quiere que le sirvamos y lo adoremos solamente a Él
En nuestros días a medida que la palabra de Yahweh se ha ido predicando por todo el mundo, al mismo tiempo han surgido muchas denominaciones y doctrinas. Esto ha ocasionado que muchos piensen que nuestra identidad como pueblo santo puede estar conectada a la cultura que recibimos de la nación donde nacimos. Es decir, muchos piensan que podemos ser santos según lo que nos mandan las Escrituras, y seguir practicando las tradiciones y costumbres heredadas.
Muchas personas piensan que la diversidad de culturas que existen nos enriquece como personas; en el pasado, yo también lo creía.
Pero eso es contrario a lo que nos enseñan las Escrituras, y contrario a ser santos.
Y es similar a vivir en Babilonia y Yahweh no ordena salir de Babilonia.
Recordemos que la multitud de idiomas y naciones surgieron a partir de la torre de Babel (palabra que significa confusión) y de donde se origina la nación de Babilonia.
Que según el libro de Daniel representa la cabeza de los imperios que surgirían después de su tiempo.
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Las diferentes culturas, a partir de los distintos lenguajes, es el resultado de un castigo dado por Yahweh a los habitantes del mundo en el pasado, y no es una bendición.
Los idiomas y las fronteras generan pensamientos muy diversos, y separan a las personas buscando sus propios intereses y no los de Yahweh.
Llegando a generar guerras entre diferentes países.
Yahweh constantemente exhorta a Su pueblo a no mezclarse con las naciones.
Debemos ser ejemplo para las naciones, no adaptarnos a ellas.
El evangelio consiste en llamar a las naciones al arrepentimiento y que reconozcan a Yeshúa como su señor y redentor.
Las Escrituras también dicen que, de Efraím (nieto de Yaacob) surgirían multitud de naciones, lo que nos indica que esas naciones surgirían de la descendencia de Israel, y como tal somos llamados a ser descendientes de Israel.
No debemos identificarnos como las naciones paganas sino como Israelitas bíblicos.
Y para poder realmente identificarnos y proteger y fortalecer nuestra identidad, (como sucedió en el pasado)
Necesitamos establecernos como una nación apartada, y no vivir entre las naciones llenas de inmoralidad, bajo gobiernos que promueven leyes contrarias a los mandamientos Bíblicos, como el aborto, la homosexualidad y la idolatría.
Además, necesitamos tener una alimentación pura como nos manda Yahweh, libre de químicos que son causantes de enfermedades, lo que es extremadamente complicado cuando se vive en lugares con muchas personas que ignoran a Yahweh. En las Escrituras está registrado que los Apóstoles compartían todas las cosas, lo que no significa vivir con una ideología comunista (como algunos pueden pensar).
Lo que hacían los apóstoles y discípulos del primer siglo era compartir con los demás según las necesidades que tenía cada uno y vivir en comunidad como un pueblo verdaderamente unido, como verdaderos hermanos.
Vamos a comprobarlo:
Maasei (Hechos) 2:44-47
44 Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas;
45 y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno.
46 Y perseverando unánimes cada día en el Templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón,
47 alabando a Elohim, y teniendo favor con todo el pueblo. Y Elohim añadía cada día a la asamblea los que habían de ser salvos.
Analicemos como nuestros hijos están conviviendo con mucha naturalidad con la inmoralidad que existe por muchas partes en la actualidad.
Muchos creen que es suficiente con enseñarle valores a los hijos, pero en realidad, aun los adultos, no estamos libres de ser tentados, cuanto más los niños y jóvenes que están creciendo, en medio de personas que no tienen valores y tampoco obedecen ni adoran a Yahweh. Cada día, el mundo se asemeja más a Sodoma y Gomorra.
Y todo esto se está dando ante la tibieza de los que creen que es suficiente con tener buenos principios, pero al no obedecer a Yahweh permiten que la idolatría y la inmoralidad se introduzcan en sus vidas. No somos llamados a las armas, pero debemos estar conscientes de que hay una guerra espiritual.
Efesim (Efesios) 6:12
12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
Necesitamos protegernos, saliendo de en medio de todas las prácticas de este mundo.
Estableciendo lugares santos, como lo tenía Israel; en el desierto con el Tabernáculo, y en Jerusalém con el Templo.
En la medida que estamos dispersos y no tenemos un Templo, necesitamos tener lugares puros para nuestra convivencia entre hermanos. Y purificarnos de todo lo que nuestros ojos ven y nuestros oídos escuchan.No estoy diciendo, ni animando a que nos aislemos del mundo; es necesario que prediquemos y seamos luz en la medida que podamos, mientras vivimos en este mundo; Pero no se trata de estar conviviendo con los que están sujetos al pecado.
Predicar no es relacionarse, la relación debe venir después de que las personas se arrepienten de sus pecados y se vuelven a Yahweh. Por eso Yahweh es muy insistente en la pureza de los sacerdotes cuando servían en el Tabernáculo o el templo.
La santidad no se trata únicamente del estado de nuestro corazón, sino de buscar las formas de que no estemos rodeados del pecado.
Por eso Yahweh nos dejó Su Torá, para mantener la pureza en medio de Su pueblo, y hacer de nosotros un pueblo santo.
Y para ser un pueblo santo, necesitamos establecer lugares santos.
Shabat Shalom.
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Recuerda La mies es mucha y los obreros pocos, apóyanos.
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