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Las Cinco Bestias de Daniel

Como veremos, una bestia es un sistema del imperio Babilónico. Apocalipsis 13 nos presentará a varias bestias que también aparecen en el libro de Daniel. Dado que es esencial que sepamos quién y qué son estas bestias, echémosle un vistazo primero en Daniel, y luego en el próximo capítulo veremos el papel que juegan en Apocalipsis.

En Daniel 2, el rey de Babilonia, Nabucodonosor, soñó con una estatua que se paró sobre la tierra. La cabeza estaba hecha de oro fino, el pecho y los brazos eran de plata, el vientre y los muslos eran de bronce, y las dos piernas eran de hierro. Los dos pies estaban hechos de hierro mezclado con barro cocido. Una piedra fue cortada de una montaña sin manos, y golpeó la imagen en los pies. La estatua se derrumbó por su peso, rompiéndose en pedazos como paja, que el viento (Espíritu) barrió. Entonces la piedra se convirtió en una gran montaña que llenó toda la tierra. Esta es una profecía generacional que habla de nuestro antiguo archienemigo, Babilonia, y de cómo Yahweh usará el cuerpo de Yeshúa (Israel) para destruirla.

Daniel 2:31-35
31 “Tú, oh rey, mirabas, y he aquí ¡una gran imagen! Esta gran imagen, de excelente esplendor, estaba delante de ti, y su aspecto era formidable.
32 La cabeza de esta imagen era de oro fino, su pecho y sus brazos de plata, su vientre y sus muslos de bronce,
33 sus piernas de hierro, sus pies en parte de hierro y en parte de barro cocido.
34 Miraste cómo se cortaba una piedra, no con manos, que hería a la imagen en sus pies de hierro y barro cocido, y los rompía en pedazos.
35 Entonces el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro se desmenuzaron juntos, y se volvieron como la paja de las eras del verano; el viento los llevó para que no se encontraran rastros de ellos. Y la piedra que golpeó la imagen se convirtió en una gran montaña y llenó toda la tierra”.

Daniel le dijo al rey Nabucodonosor que su sueño representa una serie de cinco imperios, con su imperio como la cabeza de oro. Los otros cuatro imperios serían todos moldeados después del suyo. El próximo imperio sería Medo-Persa, simbolizado por el pecho y los brazos de plata. Después de eso, se levantaría el imperio Macedonio (Griego) de Alejandro Magno, simbolizado por el vientre y los muslos de bronce. Luego vendría el Imperio Romano, simbolizado por las dos piernas de hierro. Todos estos serían poderosos imperios militares. Sin embargo, habría un quinto y último imperio, simbolizado por dos pies de hierro mezclado con barro cocido. Sería un imperio espiritual hecho tanto de Cristianismo (hierro) como de Islam (barro cocido).

Daniel 2:37-45
37 “Tú, oh rey, eres rey de reyes. Porque el Elohim del cielo te ha dado el reino, el poder, la fuerza y la gloria;
38 y dondequiera que habitan los hijos de los hombres, o las bestias del campo y las aves del cielo, Él los ha entregado en tu mano, y te ha hecho gobernante sobre todos ellos; tú eres esta cabeza de oro.
39 Pero después de ti se levantará otro reino inferior al tuyo [Medeo-Persa]; luego otro, un tercer reino de bronce [Grecia], que reinará sobre toda la tierra [tierra de Israel].
40 Y el cuarto reino [Roma] será fuerte como el hierro, en tanto que el hierro rompe en pedazos y lo destroza todo; y como el hierro que aplasta, ese reino romperá en pedazos y aplastará a todos los demás.
41 Y lo que viste de los pies y los dedos de los pies, en parte de barro cocido y en parte de hierro, el reino estará dividido; sin embargo, la fuerza del hierro estará en él, tal como viste el hierro [Roma] mezclado con barro cocido [Islam].
42 Y como los dedos de los pies eran en parte de hierro y en parte de barro cocido, así el reino será en parte fuerte y en parte frágil.
43 Como viste el hierro mezclado con barro cocido, se mezclarán por medio de la simiente humana; pero no se unirán el uno al otro, así como el hierro [Roma] no se mezcla con el barro cocido [Islam].
44 Y en los días de estos reyes, el Elohim del cielo establecerá un reino que nunca será destruido; y este reino no se dejará a otras personas; romperá en pedazos y consumirá todos estos reinos, y permanecerá para siempre.
45 En cuanto a la piedra que viste la cual fue cortada de la montaña sin manos, y que partió en pedazos el hierro, el bronce, la arcilla, la plata y el oro, el gran Elohim dio a conocer al rey lo que sucederá después de esto. El sueño es cierto y su interpretación es verdadera”.

Antes de profundizar en esto, aclaremos el versículo 39. La gran mayoría de las traducciones convencionales nos dicen que el imperio de Alejandro gobernaría sobre “toda la tierra”. Sin embargo, la palabra tierra es del Arameo ara-a (אַרְעָא) que corresponde a la palabra Hebrea aretz (ארץ) Mientras que la palabra aretz puede referirse a todo el globo, generalmente se refiere a la tierra de Israel o al mundo conocido desde una perspectiva del Medio Oriente. Esta interpretación final es correcta, porque el imperio de Alejandro no abarcó todo el globo terrestre. Más bien, su imperio abarcó el Medio Oriente, que era básicamente el mundo conocido en ese momento.

Durante siglos, la mayor parte del antiguo imperio de Alejandro se ha convertido en Islámico (es decir, pertenece al caballo verde). Para rastrear cómo ha sucedido esto, echemos un vistazo a la cuarta bestia, que es el Imperio Romano.

El Imperio Romano rodeó el Mediterráneo y se extendió a Europa y Medio Oriente. Mientras que la parte occidental del imperio Romano sigue siendo Católica o Cristiana Protestante, la parte oriental del imperio se ha vuelto predominantemente Islámica.

Finalmente, el Imperio Romano se hizo tan grande que se consideró ingobernable. En 293 d.C., el hermano de Constantino, Diocleciano, decidió dividir a la mitad la administración del imperio, en un intento por restablecer el orden. Así se establecieron las dos piernas del Imperio Romano (este y oeste), correspondientes a las dos piernas de hierro en el sueño del rey Nabucodonosor (Daniel 2:33, 40-41, arriba). Desde Grecia hacia el este fue el tramo oriental.

Sin embargo, dividir la administración no sanó la razón de fondo de la división en el imperio. A principios de la década del 300 d.C., el Imperio Romano se dividió entre Mitraísmo (adoración oficial del sol Romano) y Cristianismo sin Torá. Los emperadores Romanos favorecieron el Mitraísmo porque se creía que el dios del sol (Ra) atendía personalmente a los emperadores Romanos, convirtiéndolos en semidioses a los ojos de los ciudadanos Romanos. Cada vez que un ciudadano Romano aceptaba a Yeshúa (o en este caso, Jesús o Iesu), dejaba de pensar en el emperador como un semidios, debilitando así el poder del emperador. Por esta razón, los emperadores Romanos odiaban las creencias Cristianas y Nazarenas, y los perseguían implacablemente. Sin embargo, cuanto más los emperadores Romanos persiguieron a los Cristianos, más ciudadanos Romanos aceptaban al Mesías, dividiendo aún más el imperio y debilitando el dominio imperial.

Los emperadores Romanos solo podían unificar su imperio unificando la religión. Quizás esta es la razón por la cual el emperador Romano Constantino afirmó que tuvo una visión en la que Cristo se le apareció, diciéndole que escribiera las dos primeras letras de su nombre (XP) en los escudos de sus tropas. Al día siguiente, Constantino afirmó haber visto una imagen de una cruz superpuesta sobre el sol, y en ese momento recibió el mensaje “In hoc signo vinces”, que significa: “En este signo, saldrás victorioso”.

El año después de la conversión de Constantino, él y su entonces co-emperador Licinio co-emitieron el Edicto de Milán, que técnicamente terminó con la persecución de los Cristianos dentro del imperio. Constantino luego pasó a consolidar su control del poder militarmente, y en el año 324 reinó con supremacía. El siguiente año (325) convocó el Concilio de Nicea (o Niza), en el cual el Mitraísmo y el Cristianismo se fusionaron oficialmente para formar la fe Católica (Universal).

Algunos estudiosos sugieren que la conversión de Constantino fue una acción política, específicamente destinada a obtener el apoyo de la mitad Cristiana de su imperio. Ellos citan la mezcla de los motivos Cristianos y de adoración solar. El emperador Constantino afirmó haber tenido su visión en la arboleda del dios del sol Apolo (Lucifer) en la antigua Francia. Y supuestamente le dijeron que conquistara en la señal de la cruz, un antiguo símbolo del dios sol Tamuz. Había simbolismo de adoración al sol en todas partes, y sin embargo todo se hizo en honor a Cristo, apelando tanto a los adoradores del sol como a los Cristianos sin Torá.

En el año 325 d.C., el emperador Constantino convocó el infame Concilio de Nicea, donde la observancia de la Torá fue prohibida, y la doctrina Católica Romana comenzó a formalizarse. Cinco años más tarde (en el año 330 d.C.) movió la capital de su imperio a Bizancio, renombrándola como Constantinopla.

Para ver el vínculo entre el Cristianismo y el Islam, hay que verlo con ojos espirituales. En el siglo V, la parte occidental del Imperio Romano se había desintegrado y había caído, pero la pierna oriental sobrevivió, renombrándose como el “Imperio Bizantino”. Los bizantinos prevalecieron por otros 1.000 años, pero en el año 1453, los ejércitos Musulmanes bajo Osman el Grande conquistaron Constantinopla y la establecieron como la sede de lo que más tarde se llamaría el Imperio Islámico Otomano.

Hoy casi todo el antiguo Imperio Bizantino se ha convertido en Islámico. Por lo tanto, aun cuando vemos que los mundos Cristiano y Musulmán luchan entre sí, recordemos que lo que podrían parecer dos religiones rivales encerradas en un choque mortal de civilizaciones son en realidad los dos pies de la cuarta bestia pisoteando al mundo, rompiéndolo en pedazos, y desgarrándolo (Daniel 2:40, arriba).

Este sistema de imperios “bestiales” Babilónicos aparece una y otra vez a lo largo de la Escritura. A veces, una profecía solo menciona cuatro bestias porque solo había cuatro imperios militares principales (Babilonia, Medo-Persa, Grecia y Roma). Otras veces la profecía menciona cinco bestias. Esto también es correcto, ya que la cuarta bestia (Roma) dio origen a una bestia espiritual (Cristianismo e Islam), que continúa subyugando al mundo a través de la conquista espiritual. De hecho, si consideramos la parte del mundo que rinde homenaje a Roma o a La Meca, esta quinta bestia parece ser la más poderosa hasta el momento.

Más tarde veremos los orígenes proféticos de nuestro emergente gobierno mundial único, que está forzando a las naciones Cristianas a dar favor al Islam y a sus enseñanzas. Esta es la manifestación de los dedos de los pies de la imagen de Nabucodonosor, en la que los dedos están compuestos en parte de hierro (Cristianismo) y en parte de barro cocido (Islam). Habrá un fuerte esfuerzo concertado para forzar la unión de la Cristiandad y el Islam, pero no se unirán los unos a los otros, como fue profetizado en Daniel 2:43 (arriba).

Estos mismos cinco imperios aparecen de nuevo en Daniel 7, pero se describen como cuatro bestias (aquí el Cristianismo y el Islam se consideran extensiones de la cuarta bestia, Roma). Observa que la cuarta bestia tiene dientes de hierro (Romanos) y atropella los restos del tercer imperio (el imperio Macedonio de Alejandro, que ahora es predominantemente Islámico) con sus pies.

Daniel 7:2-8
2 Daniel habló, diciendo: “Vi en mi visión de noche, y he aquí, los cuatro vientos del cielo estaban agitando el Gran Mar.
3 Y cuatro grandes bestias subieron del mar, cada una diferente de la otra.
4 La primera [Imperio de Babilonia] como un león, y tenía alas de águila. Observé hasta que arrancaron sus alas; y fue levantado de la tierra y puesto sobre sus pies como un hombre, y se le dio un corazón de hombre”.
5 “Y de repente otra bestia [Imperio Medo-Persa], la segunda, como un oso. Se levantó a su lado, y tenía tres costillas en la boca entre sus dientes. Y le dijeron así: “Levántate y devora mucha carne”
6 “Después de esto miré, y había otra [Imperio de Alejandro Magno], como un leopardo, que tenía en su espalda cuatro alas de ave. La bestia también tenía cuatro cabezas [los cuatro generales que sucedieron a Alejandro], y el dominio fue dado a estas”.
7 “Después de esto, vi en visiones nocturnas, y he aquí, una cuarta bestia [el Imperio Romano, incluyendo el Cristianismo y el Islam como extensiones espirituales], temible y terrible, y extremadamente fuerte. Tenía enormes dientes de hierro [Romanos]; estaba devorando, rompiendo en pedazos, y pisoteando el residuo con sus pies. Era diferente de todas las bestias que estaban antes [esto es porque era un imperio espiritual], y tenía diez cuernos.
8 Yo estaba considerando los cuernos, y he aquí otro cuerno, uno pequeño, que subía entre ellos, ante el cual tres de los primeros cuernos fueron arrancados de raíz. Y allí, en este cuerno, había ojos como los ojos de un hombre, y una boca que hablaba palabras pomposas.

En el versículo 19, Daniel desea saber la verdad sobre la cuarta bestia. Se describe como teniendo dientes de hierro (símbolo de Roma) y uñas de bronce (símbolo del imperio Macedonio de Alejandro, que ahora es principalmente Islámico). En el versículo 23 se le dice que será un cuarto reino en la tierra, diferente de todos los demás reinos (en el sentido de que será un imperio espiritual). En Israel Nazareno, mostramos que aun cuando la cuarta bestia incluye el Islam, su principal manifestación es el Papado. Esto es fácilmente identificable, ya que fue al Papado a quién históricamente se les puso en sus manos a los apartados (santos), un tiempo, tiempos y medio tiempo (1.260 años).

Daniel 7: 15-25
15 Yo, Daniel, se entristeció mi espíritu dentro de mi cuerpo, y las visiones de mi cabeza me turbaron.
16 Me acerqué a uno de los que estaban cerca y le pregunté la verdad de todo esto. Entonces él me lo dijo y me dio a conocer la interpretación de estas cosas:
17 “Esas grandes bestias, que son cuatro, son cuatro reyes que surgirán en la tierra [Babilonia, Medo-Persia, Grecia y Roma].
18 Pero los apartados del Altísimo recibirán el reino, y poseerán el reino para siempre, por los siglos de los siglos”.
19 Entonces quise saber la verdad acerca de la cuarta bestia [Roma], que era diferente de todas las otras, terrible y temible, con sus dientes de hierro [Roma] y sus uñas de bronce [Islam], que devoraba, quebraba en pedazos y pisoteaba los residuos con sus pies;
20 y los diez cuernos que estaban sobre su cabeza, y el otro que había surgido, delante del cual cayeron tres, es decir, ese cuerno que tenía ojos y boca y que hablaba palabras pomposas, cuya apariencia era mayor que la de sus compañeros.
21 Estaba mirando; y el mismo cuerno estaba haciendo guerra contra los apartados, y prevalecía contra ellos,
22 hasta que llegó el Anciano de Días, y se hizo un juicio a favor de los apartados del Altísimo, y llegó el momento de que los apartados poseyeran el reino.
23 Dijo así: “La cuarta bestia será un cuarto reino en la tierra, que será diferente de todos los otros reinos, y devorará toda la tierra, la pisoteará y la despedazará.
24 Los diez cuernos son diez reyes que se levantarán de este reino, y otro se levantará después de ellos. Él será diferente de los primeros y someterá a tres reyes.
25 Él hablará palabras pomposas contra el Altísimo, perseguirá a los apartados del Altísimo, y tendrá la intención de cambiar los tiempos señalados [Shabat y fiestas] y la Torá. Entonces los apartados serán entregados en su mano por un tiempo, tiempos y medio tiempo”.

Si el Cristianismo y el Islam son dos manifestaciones de la misma bestia, entonces podríamos esperar que haya muchas similitudes entre ellos (y sí que los hay). Aunque los Cristianos confiesan a Yeshúa como el Mesías, en la práctica los Católicos creen que el Papa tiene la autoridad para reemplazar las palabras del Mesías. Los Cristianos Paulinos también creen que es perfectamente aceptable usar las palabras de Pablo (como lo llaman) para reemplazar las palabras de Yeshúa (ya que sostienen que Pablo es el mensajero más reciente). De manera similar, los Musulmanes aceptan a Yeshúa como un profeta, pero sostienen que las palabras de Yeshúa han sido reemplazadas por las palabras de su profeta más reciente, Mahoma.

El Cristianismo y el Islam establecieron las capitales de su fe en lugares distintos de Jerusalem. Ambos usan torres puntiagudas y cúpulas en sus templos de adoración, y ambos usan el sol, la luna y las estrellas en su simbolismo. Cuando busqué imágenes del Islam y el Cristianismo, estas son las dos primeras imágenes que surgieron. Ten en cuenta las correspondientes cúpulas, torres puntiagudas e imágenes celestiales.

Si bien no se puede confirmar, hay testimonios de que la Iglesia Católica tuvo un papel importante en el establecimiento de la religión Islámica. El exsacerdote Jesuita Alberto Rivera contó que le dijeron, en una sesión informativa secreta, que la Iglesia Católica había creado el Islam como un medio para desestabilizar tanto a los Judíos como a los Cristianos no Católicos en áreas fuera del control Romano.

Rivera contó que le dijeron que la primera esposa de Mahoma, Khadija, era una Católica devota. Según algunos informes, la Iglesia Católica le ordenó casarse con Mahoma para poder influir en él (y, por lo tanto, en el Islam) en beneficio de Roma, y también pasar información a Roma.

Según las mismas fuentes, Khadija tenía un primo Católico llamado Waraquah, que ayudó a Mahoma a escribir e interpretar sus visiones. Estas interpretaciones más tarde se convirtieron en el Quran (Corán). Por lo tanto, aunque el Islam parece ser una religión aparte, podría estar secretamente conectada a Roma en sus niveles más elevados.

Alberto Rivera murió de intoxicación alimentaria en circunstancias misteriosas. Si bien no podemos probar que sus acusaciones son ciertas, parecen encajar perfectamente con lo que Daniel nos dice sobre el Catolicismo y el Islam.

Para entender cómo el Catolicismo y el Islam trabajan juntos, miraremos la marca y el número de la bestia.


Para más información, puedes ver nuestra serie de Apocalipsis simplificado con subtítulos en español aquí.

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