Los hombres no se arrepentirán durante las primeras cuatro trompetas. Por lo tanto, Yahweh tiene que ponerse aun más serio. Esta es la razón por la que las últimas tres trompetas (5, 6 y 7) se describen como ayes.
En la quinta trompeta, una “estrella” cae a la tierra y recibe la llave del pozo del abismo. Esto no puede ser una estrella física; lo más probable es que sea un demonio. Aquí se liberan “langostas” que durante cinco meses atormentan a todos los seres humanos, menos a los 144.000 que están sellados y protegidos del daño de la quinta trompeta.
Hitgalut (Apocalipsis) 9:1-6
1 Entonces el quinto mensajero toco su trompeta: Y vi una estrella caer del cielo a la tierra. A él se le dio la llave del pozo del abismo.
2 Y abrió el pozo del abismo, y se levantó humo del pozo como el humo de un gran horno. Entonces el sol y el aire se oscurecieron por el humo del pozo.
3 Y del humo salieron langostas sobre la tierra. Y a ellas se les dio poder, como los escorpiones de la tierra tienen poder.
4 Se les ordenó que no dañaran la hierba de la tierra, ni ninguna cosa verde, ni ningún árbol, sino solo a aquellos hombres que no tienen el sello de Elohim en sus frentes.
5 Y no se les dio autoridad para matarlos, sino para atormentarlos durante cinco meses. Su tormento era como el tormento de un escorpión cuando golpea a un hombre.
6 En aquellos días los hombres buscarán la muerte y no la encontrarán; desearán morir, y la muerte huirá de ellos.
Más tarde veremos que el oro simboliza el Imperio Babilónico, mientras que el hierro simboliza el Imperio Romano (que es una consecuencia del sistema Babilónico). Las langostas tienen coronas de oro (Babilonia) y corazas de hierro (Roma). Esto significa que sirven al sistema del Imperio Babilónico-Romano. Tienen la forma de caballos preparados para la batalla, lo que puede significar que son algún tipo de vehículo de tropas del gobierno utilizado para oprimir a las personas. Tambien tienen el poder de dañar a los hombres durante cinco meses, que probablemente son cinco meses literales, porque la tribulación solo dura siete años.
Hitgalut (Apocalipsis) 9: 7-12
7 La forma de las langostas era semejante a caballos preparados para la batalla. Sobre sus cabezas había coronas de algo parecido al oro [simbólico de Babilonia], y sus rostros eran como rostros de hombres.
8 Tenían cabello como cabello de mujer, y sus dientes eran como dientes de león.
9 Y tenían corazas como corazas de hierro [símbolo de Roma], y el sonido de sus alas era como el sonido de carros con muchos caballos corriendo a la batalla.
10 Tenían colas como de escorpiones, y había aguijones en sus colas. Tenían poder para dañar a los hombres por cinco meses.
11 Y tenían como rey sobre ellos al mensajero [ángel] del abismo, cuyo nombre en Hebreo es Abadón [destructor], pero en Griego tiene el nombre de Apolión [destructor].
12 El primer ¡Ay! paso. He aquí, todavía vienen dos más después de estas cosas.
Algunos sugieren que esta profecía fue cumplida por los Sarracenos Islámicos que aterrorizaron a los Cristianos en la Edad Media. Esto no puede ser así porque esta sigue siendo una profecía futura. Sin embargo, más tarde veremos que los Musulmanes están relacionados tanto con Babilonia como con Roma; por lo tanto, las langostas podrían representar un enemigo Islámico de algún tipo. Su rey es llamado “destructor” en el versículo 11, y el Islam parece enfocarse en destruir cosas que encuentran blasfemas.
En la sexta trompeta, cuatro ángeles son liberados para matar a un tercio de la humanidad. El agente terrenal para esta destrucción es un ejército de doscientos millones de hombres.
Hitgalut (Apocalipsis) 9:13-21
13 Entonces el sexto mensajero tocó la trompeta: Y oí una voz entre los cuatro cuernos del altar de oro que está delante de Elohim,
14 diciendo al sexto mensajero que tenía la trompeta: “Liberen a los cuatro mensajeros que están atados junto al gran río Éufrates”.
15 Así que los cuatro mensajeros, que habían sido preparados para la hora, día, mes y año, fueron liberados para matar a un tercio de la humanidad.
16 Y el número del ejército de los jinetes era doscientos millones; Escuché el número de ellos.
17 Y así es como vi a los caballos en la visión: los que estaban sentados sobre ellos tenían corazas de color rojo fuego, azul jacinto y amarillo azufre; y las cabezas de los caballos eran como las cabezas de leones [simbólico de Babilonia]; y de sus bocas salían fuego, humo y azufre.
18 Por estas tres plagas fue muerto un tercio de la humanidad, por el fuego, el humo y el azufre que salían de sus bocas.
19 Porque su poder estaba en sus bocas y en sus colas; porque sus colas son como serpientes, tienen cabezas; y con ellos hacen daño.
20 Y el resto de la humanidad, los que no fueron muertos por estas plagas, no se arrepintieron de las obras de sus manos, ni dejaron de adorar a los demonios, y a los ídolos de oro, plata, bronce, piedra y madera, que no pueden ver ni oír ni caminar.
21 Y no se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechizos, ni de su inmoralidad sexual, ni de sus robos.
Algunos dicen que este pasaje se refiere al ejército de China, que tiene literalmente 200 millones de hombres fuertes (como reservas). Otros dicen que esto se refiere a los ejércitos Musulmanes combinados del mundo. Lo último parece más probable, ya que el enfoque de las Escrituras se centra principalmente en Medio Oriente, y los cuatro mensajeros están atados junto al río Éufrates en la actual Irak, Siria y el este de Turquía. Este ejército de 200 millones de hombres también muestra que, si bien es probable que la ONU gane el control del Medio Oriente después de la sexta trompeta, no establecerán un gobierno mundial duradero (o no ocurriría esta guerra).
Luego, en Apocalipsis 10, otro mensajero (puede ser Yeshúa) grita. Cuando clama, 7 truenos pronunciaron sus voces; sin embargo, lo que dicen no está registrado para nosotros.
Hitgalut (Apocalipsis) 10:1-4
1 Vi a otro mensajero poderoso descendiendo del cielo, envuelto en una nube. Y un arco iris estaba sobre su cabeza, su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego.
2 Tenía un pequeño libro abierto en su mano. Y puso su pie derecho sobre el mar y su pie izquierdo sobre la tierra,
3 y clamó a gran voz, como cuando ruge un león. Cuando él gritó, siete truenos emitieron sus voces.
4 Y cuando los siete truenos pronunciaron sus voces, estaba a punto de escribir; pero oí una voz del cielo que me decía: “Sella las cosas que los siete truenos pronunciaron, y no las escribas”.
La Escritura es un registro de cómo la novia (Israel) da a luz a un hijo varón (Israel redimido). Si los creyentes son la novia, los sellos representan el momento en que el vientre de la novia crece con su embarazo (durante cientos de años). Las trompetas (tribulación) representan los dolores de parto (que duran siete años). Los siete truenos representan sus gritos de dolor. Debido a que los siete truenos están sellados, no tenemos una descripción de qué esperar. Sin embargo, podemos estar seguros de que será un tiempo de intenso trabajo. (Esto puede ser cuando los 144.000 mueren y son llevados al cielo).
Luego, el Mensajero poderoso (Yeshúa) jura que el misterio de Elohim terminará cuando suene la séptima trompeta.
Hitgalut (Apocalipsis) 10:5-7
5 El mensajero que vi parado en el mar y en la tierra levantó su mano al cielo,
6 y juró por el que vive por los siglos de los siglos, que creó el cielo y todas las cosas que están en él, la tierra y las cosas que están en ella, y el mar y las cosas que están en él, que ya no habrá más tiempo.
7 sino en los días del sonido del séptimo mensajero, cuando esté a punto tocar la trompeta, el misterio de Elohim se consumará, como Él declaró a Sus siervos los profetas.
No leeremos sobre la séptima trompeta hasta Apocalipsis 11:15; sin embargo, cuando lleguemos allí veremos que el misterio de Elohim se consuma cuando el sistema Babilónico cae, y el reino de Elohim se establece en la tierra.
El mensajero le dice a Yojanán (Juan) que se coma un pequeño libro (que probablemente sea la Escritura). También le dice a Yojanán que debe profetizar de nuevo sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes. Esto probablemente significa que en la séptima trompeta Elohim nuevamente le dará a Su pueblo el reinado.
Hitgalut (Apocalipsis) 10: 8-11
8 Entonces la voz que oí del cielo volvió a hablarme y dijo: “Ve, toma el librito que está abierto en la mano del mensajero que está sobre el mar y la tierra”.
9 Entonces fui al mensajero y le dije: “Dame el librito”. Y él me dijo: “Toma y come, te amargará el estómago, pero será dulce como la miel en tu boca”.
10 Luego tomé el librito de la mano del mensajero y lo comí, era dulce como la miel en mi boca y cuando lo comí, mi estómago se volvió amargo.
11 Y él me dijo: “Es necesario que profetices otra vez sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes”.
¿Por qué sería necesario que haya más profecías sobre los reyes? Más tarde veremos que cuando regresemos a la tierra de Israel, una vez más nos regirá un príncipe. Contrariamente a la creencia popular, este príncipe no será Yeshúa, porque este príncipe ofrecerá sacrificios por el pecado por sí mismo (y por todas las personas de la tierra).
Yehezqel (Ezequiel) 45:22
22 Y en aquel día el príncipe sacrificará por sí mismo y por todo el pueblo de la tierra un toro por ofrenda por el pecado.
Discutimos la realeza renovada en “El Gobierno de la Torá”.