Así como debemos estar bajo un Sacerdocio renovado de Melquisedec, a la vez necesitamos organizarnos en nuestras congregaciones y ciudades, estableciendo Ancianos, diáconos, maestros y la estructura necesaria para el buen funcionamiento del cuerpo del Mesías.
En este capítulo exploraremos como se supone que debemos organizarnos en nuestras ciudades.